𝐸𝑙 𝑓𝑖𝑛 𝑑𝑒 𝑠𝑒𝑚𝑎𝑛𝑎

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┌ ❝ 𝐒𝐭𝐚𝐫𝐭𝐞𝐝 𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐚 𝐥𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐛𝐢𝐭𝐍𝐨𝐰 𝐈 𝐝𝐨𝐧'𝐭 𝐤𝐧𝐨𝐰 𝐡𝐨𝐰 𝐭𝐨 𝐪𝐮𝐢𝐭

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┌ ❝ 𝐒𝐭𝐚𝐫𝐭𝐞𝐝 𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐚 𝐥𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐛𝐢𝐭
𝐍𝐨𝐰 𝐈 𝐝𝐨𝐧'𝐭 𝐤𝐧𝐨𝐰
𝐡𝐨𝐰 𝐭𝐨 𝐪𝐮𝐢𝐭. ❞

Palmer

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No me quedé mucho tiempo. Terminé mi maleta con las cosas suficientes para los días que me quedaría en casa de mis padres, bajé en completo silencio procurando no hacer ruido y evitar a toda costa a Cherry.

Salí de casa y apenas cerré la puerta salí corriendo a mi coche. Metí mi maleta en la parte trasera y me miré en el espejo retrovisor. Me sentía completamente jodida, quise volver a llorar pero apenas sentí las lágrimas sobre mis ojos las limpié con brusquedad y arranqué el coche. No planeaba quedarme otro minuto en esa casa, prefería salir el fin de semana en casa de mis padres y olvidarme de todo lo que había pasado hoy.

Mi camino fue silencioso, ni siquiera puse música como en otras ocasiones que debía conducir por horas. Estaba atenta al camino, a veces divagando pero no lo suficiente como para tirarme de un barranco con el coche a máxima velocidad.

Salí desde las ocho de casa. A mitad del camino hice una parada rápida para llenar el tanque de gasolina y conducir la otra mitad que quedaba para llegar a la casa de mis padres. Llegué aproximadamente a las cinco de la mañana a su hogar.

Estacioné el coche en la entrada del garaje y bajé tomando mi bolso y las llaves del coche. Fui a la puerta y toqué el timbre aunque suponía que ambos seguían dormidos, hubo un momento en el que incluso pensé en buscar algún motel para pasar la noche o dormir en el auto hasta que amaneciera pero cuando iba a dar la vuelta para volver al coche, papá abrió la puerta.

— ¿_____? —dio un bostezo y se frotó los ojos—. Son las cinco de la mañana, creí que por muy tarde llegarían a la una—me reprendió.

Llevaba puesta su pijama y una cara de odiar al mundo entero, jamás sentí tanta necesidad de abrazarlo como ese día. Me acerqué y lo estreché entre mis brazos sintiendo mis ganas de llorar a flote de nuevo.

— ¿Y ese repentino amor? —correspondió a mi abrazo unos segundos—. ¿Y el inútil de tu marido?

—No vino hoy —mi voz tambaleaba pero procuré que no se escuchara, me separé de papá y entré a casa—. No quiso acompañarme así que se quedó en casa.

— ¿Quién es, cielo? —escuché la voz de mi madre en las escaleras.

—Es tu hija, acaba de llegar.

Y bajó mi madre en bata para recibirme también. Se acercó a abrazarme algo fuerte entre sus brazos.

—Creímos que llegarías antes —comentó.

𝐴𝑑𝑑𝑖𝑐𝑡𝑖𝑜𝑛 (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora