𝐿𝑎 𝑑𝑒𝑢𝑑𝑎

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┌→❝ 𝐘𝐨𝐮'𝐫𝐞 𝐭𝐡𝐞 𝐛𝐢𝐠𝐠𝐞𝐬𝐭𝐚𝐬𝐬𝐡𝐨𝐥𝐞 𝐢𝐧 𝐭𝐡𝐞 𝐰𝐨𝐫𝐥𝐝 ❞」

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┌→❝ 𝐘𝐨𝐮'𝐫𝐞 𝐭𝐡𝐞 𝐛𝐢𝐠𝐠𝐞𝐬𝐭
𝐚𝐬𝐬𝐡𝐨𝐥𝐞 𝐢𝐧 𝐭𝐡𝐞 𝐰𝐨𝐫𝐥𝐝 ❞」

Palmer

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— ¿A quién no van a llamarle? —pregunté al entrar al comedor que era en donde escuché esa discusión.

Vi a Coke y Cherry forcejeando por quitarle a Coke el celular que traía en la mano. Algo me hizo voltear a ver la caja fuerte que Coke me había dejado. Estaba hecha mierda y completamente vacía.

— ¡El adicto imbécil que tienes de marido tiró por el caño tres kilogramos de mercancía! —exclamó Coke.

—No me jodas —mascullé acercándome a ver la caja, no había un demonio dentro, volteé a ver a Cherry—. Mierda, Cherry, ¿qué carajo hiciste con tanta mercancía?

— ¡El gritó que era la policía! —se trató de defender y Coke de nuevo se acercó con la intención de golpearlo.

— ¡Eres un idiota, Coke! —reclamé poniéndome en medio para evitar que lo golpeara.

— ¡¿Yo qué iba a saber que el idiota había abierto la maldita caja?!

Y esta vez vi a Cherry que estaba con un rostro pálido.

— ¿Qué demonios hacía la caja abierta, Cherry? —pregunté y él no mencionó nada—. ¡Mierda, Cherry. Responde!

— ¡Lo que pasa es que este cabrón es un completo idiota, eso pasa! —Coke reclamó—. Nos van a matar a los tres.

—No, no van a matar a nadie. Debe haber una maldita forma de negociar —intervine.

—Claro, entréguenme los diez mil dólares —contestó Coke—. Eso es el total de lo que había en la caja. Si tienen diez mil dólares no nos va a matar nadie.

—No tenemos tanto dinero —contestó Cherry.

— ¡Pues ese es su puto problema!

— ¡Deja de gritar, con un carajo! —me pasé las manos por la cabeza un instante—. Déjame pensar en algo.

— ¿Sí? Debes pensarlo ya porque Black no tarda en llegar a mi casa por su puta mercancía.

—Carajo —masculló Cherry—. Carajo, carajo.

Pensé en todas las opciones. Sólo hubo una viable y ni siquiera tenía dinero suficiente para solventar ni la mitad de lo que pedía Coke.

—Tengo quinientos —mencioné.

— ¿Quinientos? —Coke parecía alterado al oírlo—. ¡Quinientos dólares no es ni la quinta parte de lo que este imbécil tiró al caño!

—Son quinientos, ya es algo. Faltarían sólo nueve mil quinientos. Dame hasta el jueves a las diez de la noche, ¿sí? Algo se me va a ocurrir.

𝐴𝑑𝑑𝑖𝑐𝑡𝑖𝑜𝑛 (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora