Un día cualquiera.
Mingyu sintió el olor a comida que provenía desde la cocina. Su nariz cosquilleaba, no era delicioso, al contrario, era olor a quemado.
Se levantó. Urgido con la idea de que algo podía estarse quemando. Su cabellos desordenado, su pijama destartalado que apenas pudo ponerse luego de terminar su trabajo de anoche. Los pies descalzos que dolían con el frío del suelo.
Corrió, chocando con el marco de la puerta de su habitación, logrando ver el aire del piso un poco nebuloso por el humo.
—¡¿Jeonghan?!—Exclamó el moreno mientras entraba a la cocina y colocaba su mano en la boca.
Vio al hombre rubio igual de desordenado que Kim, intentando apagar el fuego y el mal olor proveniente de la comida quemada.
Kim agarró un paño de cocina, lo mojó y lo colocó encima de la sartén que tenía quién sabe qué cosa completamente negro y con fuego sobre él. Lo tiró encima y apagó el gas rápidamente. Tiró hacia atrás a Jeonghan en un intento de protegerlo del fuego.
—Dios... ¿Estás bien?—Pregunta el más alto, mirando la sartén pero no moviendo la tela que cubría el gran desastre.
Jeonghan miraba la estufa, pero no dijo nada.
—Sí... Estoy bien.
—Abre las ventanas, no te preocupes, ya pasó.—Mingyu sonrió y suspiró levemente como en un intento de aliviar el gran impulso que sintió por todo ese momento.
El muchacho suspira y tose un poco por el humo y el olor a comida quemada. Botó los panqueques que estaban completamente quemados, logrando deshacerse del olor. Luego sirvió unas tostadas y unas tazas de café. Las sirvió en la mesa, esperando a que el rubio lograra sentarse en la mesa para comer.
—Come algo, ¿Si?
—Pero...—Jeonghan lo miraba con cierta lástima.—Lo siento, pude haber quemado algo más y...
—Ya pasó, nada malo sucedió. ¿Lo ves?—Kim frunce un poco el ceño y suspira.—Lo siento, yo...
—Gracias.
Jeonghan era un chico con un ímpetu monstruoso. Pero a veces tenía sus momentos de caída. Como lo era en esos momentos.
Yoon Jeonghan, un muchacho que en realidad quizá gustaba de dos personas al mismo tiempo. Mingyu era víctima de su indecisión.A Kim no le molestaba. Jeonghan era más que un chico, era un amigo del trabajo que apreciaba mucho, pero sus vistas hacia él no sobrepasaban de lo laboral. Un muchacho inteligente, astuto, perspicaz. Todo lo bueno era en él. Pero definitivamente no pasaba de ser su amigo y compañero de trabajo.
La indecisión del muchacho rubio, quien irónicamente era más inmaduro pese a tener más edad, sin duda era algo notorio. Algo que lastimaba a muchas personas al mismo tiempo.
¿Mingyu o el otro muchacho que removía más que su entrepierna del deseo?
—Lamento lo que dije ayer, sólo quería aclararlo y... Dios, estoy arruinando todo.—Exclama Jeonghan mientras coloca sus manos en su rostro.
—Está bien que me lo dijeras... No quiero perderte como amigo, y ya te dije lo que pensaba ayer.—El menor se sentó en la silla con mirada angustiada. Comenzó a comer como si pudiese solventar el nudo en el estómago que tenía.—Jeonghan.
—¿Hum?—Sus manos se deslizaron al mentón, dejando ver las ojeras que Kim dejándolo dormir en su hogar quería lograr solucionar. Parecía en vano ese método.
—Debes decirle a Joshua.
—¿Estás loco? No puedo.
—Literalmente no pierdes nada... A veces un rechazo es incluso bueno para intentar seguir.—El moreno se comió las tostadas, y bebió la taza de café.
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Out of my league (for now) / [Meanie // Minwon]
FanfictionEl arte surge de las cosas más pequeñas. Desde el roce hasta el escenario más impresionante. ¿Qué será el arte para Mingyu, y cómo inspirará a Wonwoo? "Estoy justo al alcance de tus dedos, espero sí los estires para que me acerques hacia ti, Ming...