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—Me ofreció ser una especie de asistente.—Asiente el menor mientras meneaba un lápiz entre los labios. 

Escucha como una tos emergía y dejaban una taza en el escritorio propio.

—¿Perdón?—Exclama el rubio, con los ojos llorosos por haberse atragantado con el café.—Dios casi me matas. 

—Lo siento.—Ríe el moreno, dejando a un lado unos papeles que debía comprobar con sus fichas y presupuestos. Jeonghan en cambio tomaba un descanso a un lado del moreno después de pasar tanto tiempo trabajando en aquella jornada.

—¿Y lo aceptaste? 

—Aún no.

—"Aún no" ¿Acaso eres tonto?—Exclama ya molesto el rubio mientras se levantaba con la taza en la mano, como si buscara una excusa para pasearse por aquella oficina que en esos momentos no parecía tan espaciosa.—Conociste a la persona que te dibujó, te ofrece trabajar y tu respuesta... ¿Es aún no? 

—Exactamente. Veo que estás muy atento hoy. 

—¡¿Mingyu?! Entiende que estarías perdiendo una gran oportunidad si no lo aceptas.—Afirma el rubio, ya con descarada cólera en su tono de voz. 

El moreno botó los lentes que tenía sobre su rostro, y apretó el último botón del teclado antes de echarse hacia atrás, frotando su cara. Sus ojos instintivamente se fueron a su propio retrato. Algo que sin duda era familiar, pero que por algún motivo desconocido había apropiado otro significado. Ya no sentía la misma incertidumbre que antes, ahora era una simple curiosidad o incluso emoción por meterse en la cabeza de la persona que lo dibujó ese día que fue tan agitado para él. 

—¿Por qué dices que es una buena oportunidad? 

A Jeonghan le tomó más de unos segundos en responder. Pero finalmente lo hizo con una honestidad que asombraba. 

—Primero, tú no tienes nada más en tu vida. Tus padres son un lío, y no tienes hermanos... Tampoco pareja, ni hijos. Eres solamente tú. Y necesitas algo más que un amigo como yo para subsistir.—Bebe de su café antes de continuar.—Segundo, es una buena oportunidad para que hagas algo más que sólo trabajar, no sé. 

—Soy bueno con la fotografía y la cocina. 

—En mi jodida vida te he visto cocinar y tus cámaras no las usas.—Mira seriamente al menor quien vuelve a encogerse en su asiento.—Será divertido si conoces a alguien tan especial como Wonwoo. Dale una oportunidad. ¿Si? 

—Dios, realmente eres insistente.—Suspira el moreno mientras sacaba un objeto de vía USB de su computadora. La guarda en su bolsillo y asiente con ligereza. 

—Bien. ¿Te veo luego? Debo irme.—Dice Jeonghan viendo su reloj que sin duda le gritaba que debía irse. 

—Sí. Adiós Jeonghan.

—¡Piénsalo o te denuncio!—Exclama saliendo de la oficina el rubio que con gracia se despedía de ese lado del edificio. 

Mingyu suspira. Porque después de todo, su amigo y en realidad persona más cercana tenía toda la razón del mundo. Necesitaba algo más de lo que ya hacía en sus días. Algo distinto, algo que lo hiciera sentir más que sólo satisfacción.

¿Wonwoo era la respuesta?

El día terminaba. La llamada sería para mañana. 

O al menos eso pensaba el moreno. 

Porque estando en casa con un libro en la mano se cuestiona algo que en verdad necesitaba. Inspirado por el personaje principal de su libro que había tomado una decisión realmente inesperada pero esperada, una persona común como él tomando una decisión riesgosa pero valiente. Quizá era su turno de hacerlo también.

Out of my league (for now) / [Meanie // Minwon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora