Mingyu se paraba en frente del cuadro listo. El mismo que en algún punto vio limpio, blanco, casi completamente inmaculado.
Ahora estaba colgado en una pared blanca, tenía una firma en una esquina, y los restos de un artista enamorado de su pieza. Habían letras grandes que rezaban el nombre de la obra. Mingyu sonríe, porque esa exposición era una de sus favoritas, porque algo había cambiado en ella. Porque no sólo se trataba de los ojos desesperanzados de una mujer de cabello negro, o una escultura que demostraba el ciclo constante de la creatividad, o del hombre que cargaba a un niño y lloraba y sonreía al mismo tiempo.
Aquella exposición era distinta, porque demostraba que Wonwoo no cambiaría, y si lo hacía, era porque alguien importante había terminado por inspirarlo y convertirlo en esa exposición tan deslumbrante que recibió distintas críticas de diferentes índoles.
—Hey —susurra Wonwoo, vestido con un traje gris y camisa blanca que pocas veces ocupaba según el moreno—. Gracias por venir.
—Es mi último día de vacaciones, merecía cerrarlo con esto.
—Lo sé... ¿Nos bebemos algo luego de terminar? Es para agradecerte por todo esto.
—¿Agradecerme?—Mingyu pregunta con cierto tono indiferente, sabiendo que aquel trabajo no podía ser atribuido hacia él.
—Tú fuiste quien me sacó de la irrelevancia, tú tonta existencia que es igual a la de los demás pero que se atrevió a acercarse a la mía que es poco aceptada con otros. Sólo quiero agradecerte lo mucho que has hecho en estos cortos meses. ¿Es mucho pedir unas cervezas?—Preguntó el azabache, jugando con las mangas de su traje, sabiendo que aquellas prendas no eran comunes en él.
—No soy tan importante, fuiste tú el que hizo todo esto—el moreno niega con cierto enojo.
—Bueno, digamos que hice sólo lo práctico.
—O sea todo.
—Cállate y tomemos unas cervezas juntos en tu casa, o en la mía, lo que sea—ríe un poco Wonwoo, dejando reverberar su risa en la exposición lisa del museo independiente.
El tiempo pasó, y luego del almuerzo, Wonwoo decidió abandonar la exposición. Seguro volvería luego pero no sería por hoy. Kim lo sigue, más bien por órdenes del azabache que por cabeza propia. Caminaron en silencio, con los zapatos negros del mayor resonando en el pavimento de la vereda.
Se detiene en una esquina y le sonríe ampliamente a Mingyu. Le sonríe porque quizá las cosas resultaron bien por primera vez en mucho.
—¿Dónde quieres ir?
—Lejos—afirma el más alto, escondiendo sus manos en los bolsillos comunes de su sudadera rojiza—. ¿Tú?
—Me gustaría ir a la playa pronto.
—¿A la playa?—Pregunta un poco confundido el menor, parándose a un lado del mayor y balanceando su peso sobre sus pies.
—Yep, hace mucho no voy.
—Podríamos ir.
—¿Juntos? Pensé que te gustaría ir con Jeonghan.
Kim ríe, porque Jeonghan era otro tipo cuando andaba de coqueteos con alguien más. Ahora él era un segundo plano distinto a como solía ser, y honestamente a Mingyu no le molestaba.
—¿Por qué iría con él? prefiero ir contigo y que hablemos de cosas interesantes o bebamos algo juntos todos esos días que nos quedemos.
Se quedaron en silencio. El sonido rápido y efímero de los autos pasar los mantuvo despiertos. Lo impersonal de la ciudad, como los demás pasaban con sus vidas entre las manos a un lado de ellos, quienes también tenían mucho en mente. Sin duda lo podía pensar, pero entenderlo era un mundo completamente distinto.
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Out of my league (for now) / [Meanie // Minwon]
FanfictieEl arte surge de las cosas más pequeñas. Desde el roce hasta el escenario más impresionante. ¿Qué será el arte para Mingyu, y cómo inspirará a Wonwoo? "Estoy justo al alcance de tus dedos, espero sí los estires para que me acerques hacia ti, Ming...