Los lugares son los contextos donde vivimos nuestros recuerdos.
Pueden ser malos, o buenos momentos, pero los recuerdos quedan grabados. Donde pensamos y creemos que las cosas suceden y que quizá no son tan importantes a los hechos.
Pero volver a esos sitios que significaron algo en un momento, sin duda son de un peso significativo.
Quizá eso sentía Mingyu mirando aquella galería de arte que seguía llena de pinturas, esculturas y sobre todo fotos. Se sintió halagado cuando uno de los tipos que revisaba las obras lo reconoció, puesto que no era la segunda ni tercera vez que iba. Aprovechaba todos los días por la tarde después del trabajo en visitar aquel sitio. Con la esperanza de encontrarse con aquel muchacho, autor de las obras que observaba detalladamente por mucho tiempo.
Entre todas las pinturas y demás demostraciones de arte, se encontró con una en particular.
El título de esta era "Eutimia". Se trataba de un hermoso hombre con facciones finas, y rostro pálido. Sus manos estaban manchadas con pinturas y su cabello estaba desordenado como si lo hubiese agitado de tanta frustración. El chico tenía los ojos bien oscuros y sombríos, como si nadie pudiese entenderlo. Una de sus extremidades era tomada por hilos, y sobre su cabeza había una mano enorme que movía una cruceta de títeres. El muchacho, o más bien, el títere se movía según la enorme mano sobre su cuerpo inerte. Más en la profundidad Mingyu se dio cuenta de que había un caballete y un montón de lienzos curados en el fondo de aquella pieza. Había una ventana, botes de pintura, entre otros objetos que sin duda casi no podía distinguir.
Era un cuadro aterrador, casi como si demostrara que el impulso de la creatividad también podía ser un grave error cuando no era bien manejado, convirtiéndote en sólo una maquina manejada por un titiritero.
A Kim le dieron escalofríos de solo pensarlo.
Pero por más que aquella obra le causaba una sensación de lejanía pesada, no podía quitarle los ojos de encima.
Mingyu se paseó por ese establecimiento luego de terminar con la galería de arte en específico. Se buscó a sí mismo en otros lugares de allí dentro, rebuscando y rebuscando en las entrañas de un mundo artístico que para él era desconocido.
Si bien el moreno trabajaba en una empresa de editoriales, él sólo administraba todo lo que era números y apenas tenía contacto con los editores o escritores. Su financiamiento hacia ellos era su trabajo, no la inspiración que nacía en los autores.
Se sentía confundido cuando las personas tenían buenas ideas y las podían plasmar en cosas tan increíbles como el arte, la música, la escritura, o la danza. Simplemente era una forma de expresarse que al mismo capaz, dotado, Kim Mingyu no podía tragarse.
Salió del lugar, y de su bolsillo sacó el encendedor con el cual jugaba algunas veces y hacía trucos.
—¿Fumas?—Una voz grave y conocida lo descubrió. Cerró el encendedor de metal que tenía un cuervo tallado en él que rezaba unas letras sutiles y desgastadas.
Kim se volteó, mientras guardaba el encendedor en su bolsillo.
—No, solía hacerlo.—Alza la vista, encontrándose con un muchacho de cabello oscuro y los lentes que ahora sí eran más conocidos que antes.
—Veo que vienes a mi exposición seguido.—Asiente el hombre desconocido mientras caminaba lentamente por la acera, alejándose junto al moreno de la entrada de aquel lugar tan familiar para ambos.
Se detuvieron gracias a Mingyu. Muchacho quien terminó por mirar el encendedor y logró notar detalles que quizá nunca había notado. Dejó caer su espalda en la pared, logrando mirar los edificios que nunca llamaron su atención. El muchacho a su lado lo imitó, cerrando los ojos incluso si el mundo era rápido y él tomaba las cosas con calma.
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Out of my league (for now) / [Meanie // Minwon]
Hayran KurguEl arte surge de las cosas más pequeñas. Desde el roce hasta el escenario más impresionante. ¿Qué será el arte para Mingyu, y cómo inspirará a Wonwoo? "Estoy justo al alcance de tus dedos, espero sí los estires para que me acerques hacia ti, Ming...