Mingyu despierta primero, con alguien abrazando su espalda. Alguien que respiraba lentamente sobre su nuca y le hacía cosquillas.
No se mueve, porque aquellos pesados brazos sobre su cintura se sentían bien, se sentían acordes. Cerró los ojos, intentando guardar sobre sí mismo la sensación de ser sujetado, de estar en los brazos de alguien más. De estar allí siendo querido, tanto como para decir que las cercanías de sus cuerpos no es suficiente.
Se pierde en esos pensamientos, e intenta voltearse. Quería ver el rostro dormido de aquel hombre que lo abrazaba.
Se gira, con cuidado, encontrándose con el muchacho de párpados cerrados y cuerpo relajado. Esos gestos que relajados se veían pacíficos. Acaricia su mejilla y siente los vellos ásperos de una barba que estaba creciendo. Sonríe ante ese pensamiento de que quizá salió la mañana anterior demasiado apurado para poder afeitarse. Amaría pensar en rasurarlo, en hacerlo sentir amado y cuidado.
Lo abraza, para mantenerlo cerca, cálido, piel con piel. Besa su frente y le acaricia los cabellos que debido a la almohada y el sueño se habían ensortijado un poco. Le sonríe como si lo pudiese ver.
Pensó en hacerle desayuno, pero no quería despegarse. No quería irse de su lado dejándolo ver una cama vacía y fría. No quería dejarlo solo porque él sabía a la perfección lo que ese sentimiento significaba.
Un suspiro lo sorprende, y las piernas ajenas se mueven entre las suyas. Sonríe porque estaba viendo todo ese proceso de despertar.
—Buenos días...—susurra el moreno, acariciando su mejilla.
—Cinco minutos más...
—Dios, eres como un gato.
Wonwoo ríe, con esa voz más ronca de lo normal, y suspira de flojera, acurrucándose en el pecho del moreno más alto, abrazando su contextura.
—Buenos días para ti también —murmura el mayor, abriendo los ojos y encontrándose con el moreno—. ¿Dormiste bien?
El trigueño ríe, porque no recordaba la última vez que había dormido tan bien.
Le da un beso esquimal a su acompañante, y asiente con sinceridad, con energía. Se sentía repuesto. Parecía que había encontrado un método mejor para dormir que la melatonina.
—Extremadamente bien, te voy a raptar una vez a la semana para dormir.—Dice bromeando el moreno, cosa que hace reír al artista.
—Cómo quieras, me gusta la idea.
—¿Si?
—Obvio. Imagina dormir con un tipo de casi uno noventa, que sabe cocinar y me besa sin permiso. Dios, de sólo pensarlo creo que podría fallecer —susurra dramatizando con algo gracioso como tirarse encima del cuerpo del moreno—. Te ves descansado.
—Lo estoy.
—Me alegra escucharlo... Te amo.
Se quedan callados unos segundos, con Wonwoo inclinado sobre el cuerpo del oficinista, mirándolo a los ojos que parpadeaban con sorpresa. A Jeon le arde la cara rápidamente y suspira como intentando procesar lo que acababa de decir.
—Yo... quise decir que, es decir, o sea... Yo, es que...—Jeon respira rápido y Mingyu lo sigue mirando con los ojos recorriéndolo.
Sin decir nada, su mano le sube por la mejilla áspera de su amado, de la persona que dijo aquellas palabras mágicas. Esas palabras sueltas que debido a su vulnerabilidad salieron sin pensar. Lo acerca hacia sí mismo y lo besa, matando, degollando las palabras que pensó en decir el pintor. Besarlo era mucho mejor, era más apropiado.
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Out of my league (for now) / [Meanie // Minwon]
Fiksi PenggemarEl arte surge de las cosas más pequeñas. Desde el roce hasta el escenario más impresionante. ¿Qué será el arte para Mingyu, y cómo inspirará a Wonwoo? "Estoy justo al alcance de tus dedos, espero sí los estires para que me acerques hacia ti, Ming...