Por primera vez en su vida, el temor se vuelve real. Mingyu estaba acostumbrado a que el mundo se alejara de él, o al menos a que el mundo se volviera un poco en su contra.
Sin embargo, por primera vez en su vida, se encontraba con alguien que no estaba en su contra. El moreno no era profundo, en verdad era bastante superficial. Pero desde la llegada de aquel pintor en un día cualquiera donde estaba siendo un buen amigo, donde le estaba haciendo un favor a alguien, otro se lo devolvía. Creía en el karma, creía en aquel fortunio.
Mingyu se guardaba mucho, pero Wonwoo no lo hacía, Wonwoo decía todo y a veces más de lo permitido. Amaba eso, o quizá simplemente le llamaba la atención. No, no quería aparentar algo. Porque si el profundo y sensato Wonwoo había visto algo él, debía ser por algo.
Camina con impaciencia en su sala, en los sillones de colores brillantes, en las paredes que había pintado hace menos de un año, en el departamento que había tenido muchas vidas pasadas y ahora le tocaba a la suya marcar el lugar. La señal era bastante mala, así que se acerca hacia una de las variadas ventanas. El cristal reflejaba su rostro preocupado, marcado por esas facciones que alguien había pintado en un momento, sus ojos un poco entornados, sus cejas inclinadas porque el tono del móvil no dejaba de sonar.
El tono no dejaba de sonar.
Y Mingyu entró en pánico. No porque dependiera del artista, más bien porque su imaginación lo había traicionado, pensando que podía hacer algo más que una tarde aburrida de esos días de vacaciones que fueron tomados antes de que se desperdiciaran, antes de que se acumularan tanto.
—Mierda —susurró para sí mismo—. Justo ahora, ¿verdad? Justo ahora se te ocurre esto.
Lanza el teléfono hacia el sofá, con enojo pero no tanto como para destrozarlo en algún lado. Cosa que nunca ha sucedido, pero sin duda podía ocurrir en algún punto con aquella frustración, con aquellos puntos inflexibles donde toca fondo y no queda nada más que empujarse a sí mismo hacia la superficie. Porque no queda otra, porque la otra opción es ahogarse en ese fondo oscuro, recóndito, perpetrado por la imagen absurda de perder la noción de todo en aquel lugar.
No lo hace.
Ese tope no llega. Toma profundos respiros, porque los respiros al fin y al cabo te empujan hacia esa superficie que tanto anhela.
El tiempo pasa, el tiempo transcurre sin él encima. Pero lo hace al fin y al cabo. Ve un programa de televisión, un episodio, dos, tres, cuatro, cinco... Al sexto pierde la cuenta.
Los mensajes llegan pero no son respondidos, porque el mundo era cruel con él, o simplemente Wonwoo estaba ocupado.
No sabía cuál era la respuesta correcta, pero no quería saberla. Porque saberla significaba enfrentar la verdad, de ser ignorado, o de simplemente de saber que dentro de esa ciudad, su existencia era tan nimia como una gota en el océano.
Suspira cuando ve que había terminado la primera temporada de aquella serie que era lo suficientemente buena como para distraerlo pero no mucho para mantenerlo al borde del sofá. Porque claro que no, era aburrida como ver una pared recién pintada secarse lentamente...
Mierda, ahora pensaba en Wonwoo. Porque ahora hasta la pintura le recuerda a él. Esos nudillos manchados, esas manos resecas que lo tomaron una o dos veces para correr, para moverse del camino. Todo eso que quizá le pertenecía ahora estaba muy lejos. Lo odiaba. Odiaba tanto a Wonwoo que quizá llegaba a amarlo demasiado, a no perdonarle que desapareciera sin motivo.
Las llamadas no son devueltas, y el día termina. Porque tanto como aquel pintor y como la señal de su teléfono, o como el mismo universo hacía un complot grandísimo en contra de aquel aburrido oficinista que tenía enterrado su trasero en el sofá.
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Out of my league (for now) / [Meanie // Minwon]
FanfictionEl arte surge de las cosas más pequeñas. Desde el roce hasta el escenario más impresionante. ¿Qué será el arte para Mingyu, y cómo inspirará a Wonwoo? "Estoy justo al alcance de tus dedos, espero sí los estires para que me acerques hacia ti, Ming...