La inspiración suele tener momentos fáciles y difíciles. Donde la desmotivación gana o pierde ante la dura batalla de un proceso creativo.
Wonwoo lo supo desde el primer bloqueo de artista que tuvo en su entera carrera. O bueno, así lo describe cuando hablaba con Mingyu un día de esos tantos donde juntos se escapaban de sus responsabilidades, y bebían un café, o dos, o quizá una cerveza en el jardín del azabache.
Ambos sentados en el único escalón que dividía el porche abierto y el pasto verdoso. Conversaban con las expresiones indicadas. Mingyu no podía entender la mente de su compañero, a veces vagaba en los asuntos más recónditos y difíciles de todos. Donde el mundo no era un cuadrado perfecto sino que una silueta abstracta.
Escuchaba las explicaciones de que pintar tomaba mucho trabajo, pero que el esfuerzo que el mayor le ponía en ello era quizá sobrehumano. Un esfuerzo que se basaba en demasiada práctica y talento que cultivó durante tantos años. Y desde entonces, cada obra que aquel artista realizaba, era como un hechizo de libro. Porque Mingyu lo miraba de otra forma, una forma de expresión, por supuesto. Pero ahora lo veía como un esfuerzo descomunal de sacar todo lo que tenía en su cabeza en una sola cosa, un solo producto.
Y eso le parecía asombroso.
Eso hablaban en aquel martes que el moreno tenía de vacaciones. O bueno, eso es lo que le dijo a su jefe. Porque vaya que era un hombre jodido.
—¿Cuándo comenzaste a pintar?—Pregunta el oficinista, bebiendo de su cerveza a la vez que observaba el cielo. Pequeñas nubes pululaban conforme el mundo giraba. Un recuerdo tácito para Mingyu de que el tiempo corría y no lo lograba alcanzar.
—A los seis... Pero más atento de ello, a los trece. A esa edad tuve una profesora de arte que me enseñó casi todo lo que sé... Obvio lo que ella podía enseñarme. Ella me hizo amar el arte, como una pasión, como un trabajo y como una expresión.
—A veces las personas más insignificantes o peculiares nos hacen un cambio sin igual—menciona Kim, con cierto nudo en la garganta—. Me sucedió con Jeonghan.
—¿Si?
—Es decir, somos amigos desde hace mucho, pero me ha ayudado por tanto tiempo que siento que es como un hermano mayor para mi.
—Bueno, el amor es más que solo tomarse de las manos.
Y con eso dejan de hablar, porque sí.
El amor era más que sólo tomarse de las manos. Más que los besos o los abrazos, el amor lo era todo y aprendíamos de él incluso de las personas más alejadas de nosotros.
Kim por primera vez podía estar seguro de sí mismo en aquel lugar, tranquilo, bebiendo de una cerveza helada que le transpiraba en la mano y lo hacía sentir cálido. El sonido tranquilo de las hojas agitarse, de la naturaleza haciendo presencia cuando ellos eran tan ínfimos, tan nimios. Ambos ocultos de todo lo que las preocupaciones y los problemas dejaron en un antecesor día. Mingyu no sabía si era por el tal artista sentado a su lado o por la casa que guardaba aires de una historia hermosa, una que por ahora se mantenía en secreto.
—¿Te has enamorado alguna vez, Wonwoo?
—Sólo dos veces... Los demás fueron estupideces, locuras de las hormonas —murmura divertido el muchacho—. Uno era compañero de universidad de mi hermano, otro era un chico que conocí en la escuela... Cretino, me rompió el corazón.
El moreno se echa a reír, porque el rencor era palpable. Y quizá incluso visible.
—Son enamoramientos, no chistes, ¿sabes?
—Lo siento, pero la forma en que lo dijiste...
—¿Qué hay de ti? —pregunta el mayor con cierto aire de intriga.
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Out of my league (for now) / [Meanie // Minwon]
FanfictionEl arte surge de las cosas más pequeñas. Desde el roce hasta el escenario más impresionante. ¿Qué será el arte para Mingyu, y cómo inspirará a Wonwoo? "Estoy justo al alcance de tus dedos, espero sí los estires para que me acerques hacia ti, Ming...