ゃ 𝘂𝗻𝗱𝗲𝗿𝘸𝘢𝘵𝘦𝘳 ⑅ ( 𝗍𝖺𝖾𝗄𝗈𝗈𝗄 ) ֶָ 🍒

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- Taehyung... ¿éramos? - Subió poco a poco sus ojos para encontrarse con la mirada nerviosa y sorprendida del contrario.

- K-koo... Y-yo realmente no sé qué d-decirte. - Bajó la cabeza jugando con sus propias manos intentando mantener la calma.

- ¿Terminamos?

- ¡No! E-es decir... Nunca terminamos, p-pero tu no recuerdas nada. A-así que supongo que s-sí... - Una lágrima recorría su mejilla, la cual rápidamente limpió con las mangas de su abrigo.

- Solo dame un tiempo... Prometo mejorar y volver a estar juntos. P-por favor...

Taehyung lo único que pudo hacer fue tirarse cuidadosamente a los brazos del contrario y llorar a gritos, soltando todo el dolor que había estado acumulando durante todo este tiempo. Aquella presión en el pecho poco a poco  desaparecía con cada gota que descendencia por su rostro hasta tocar la bata celeste que tenía Koo.

No quería volver a sentir ese dolor punzante en su corazón y ese vacío en su pecho. Solo quería quedarse en los brazos de aquel chico de ojos bonitos. De ahora en adelante, nadie podría meterse con él, porque ya no era ese cobarde que sólo se escondía. Ahora era alguien valiente, alguien que ha aprendido a quererse y valorarse. Sólo era cuestión de tiempo para que las cosas cambiaran y mejoraran.

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- Solo debes sostenerte de mi y yo no te dejaré caer. Vamos Koo, debemos volver a casa. Mis padres están en el auto.

Habían pasado dos meses en los que Jungkook entró en una recuperación, la cual fue totalmente exitosa. Ahora había recibido el alta para poder volver con Taehyung, aunque todavía no podía caminar del todo bien, debido a los daños en sus piernas, pero según los médicos, se arreglaría con el tiempo y sesiones de fisioterapia.

Se encontraban ambos jóvenes saliendo del hospital yendo hacia el vehículo en donde se encontraban el señor y la señora Kim, quienes apoyaron a Jungkook tanto económicamente como psicológicamente.

- Bien, siéntate con cuidado, no vayas a hacer nada muy brusco. - Dijo mientras Koo se sentaba en el asiento trasero, seguido del peligris.

- Tae, no soy un niño. Sé lo que debo hacer y lo que no, no te preocupes demasiado. - Rió suavemente. - Buenas tardes, señores. - Saludó a los padres de su amigo.

- Buenas tardes, Jungkook. ¿Cómo te sientes? - Preguntó la hermosa señora Kim con su usual sonrisa .

- Mucho mejor, aunque algo cansado, gracias.

Giró su cabeza hacia la ventanilla la cual estaba abierta. A medida que el viaje avanzaba, el sol se escondía lentamente creando una mezcla de colores armoniosa. Sentía el aire contra su rostro, su cabello alborotado, se sentía bien, se sentía vivo...

Solo él, no necesitaba nada más que un poco de paz y ésta era la paz que estuvo esperando por tanto tiempo. Y aunque no recordaba casi nada de su pasado, él sabía muy bien cómo fue, sabía que su anterior "yo" nunca hubiese podido sentir esa calma y felicidad que estaba sintiendo en ese momento.

No quería ser quien fue hace unos meses. Ya no quería tener todas esas cicatrices en sus brazos, ya no quería llorar todas las noches, ya no quería dejar de comer por semanas, ya no quería sentir ese vacío en su pecho, ya no quería sentirse sin fuerzas para vivir, ya no quería tomar todos esos medicamentos para sentirse bien, ya no quería estar triste, ya no quería ver sangre en el piso, ya no quería esconderse de las personas, ya no quería tenerle miedo a todos. Ahora quería vivir diferente, disfrutar de los pequeños momentos que la vida le regalaba. Disfrutar a las personas que tenía alrededor. Sólo quería ser feliz y olvidar todas esas cosas que él había sido en el pasado. Era alguien nuevo, pero aún así, era sensible. Era humano y como humano, todos tenemos momentos malos y buenos. Solo hay que aprender a afrontarlos, debemos movernos y esforzarnos para poder superarlo. Y él estaba dispuesto a todo.

- Kookie, llegamos...

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Lamento tanto no haber actualizado. Pero es que tengo un gran bloqueo con esta historia :(
Espero que disfruten la felicidad de Jungkookie, espero que así sea de ahora en adelante...