ゃ 𝘂𝗻𝗱𝗲𝗿𝘸𝘢𝘵𝘦𝘳 ⑅ ( 𝗍𝖺𝖾𝗄𝗈𝗈𝗄 ) ֶָ 🍒

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El pelinegro salió de su casa como todos los días. Su mochila pesaba más de lo normal. O quizás era el haber dormido sólo una hora. Las ojeras caían por debajo de sus ojos, ya eran parte de su piel desde hace mucho tiempo. Las mangas de su camisa tapaban sus brazos al completo pues odiaba sus cicatrices. La mirada al piso siempre estaba presente, odiaba ver la felicidad de las otras personas. En cierto modo, las envidiaba.

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Llegó a la escuela en u  par de minutos. Levantó la mirada para ver aquel enorme edificio repleto de personas.

- Sonríe~ - Suspiró profundamente y sonrió como si nada en su vida anduviera mal.

Subió las largas escaleras y entró al edificio. Caminó hacia su casillero que se encontraba algo lejos. Mientras daba pasos algunos estudiantes se le quedaban viendo con asco. Pues, ya todos sabían que era gay.

Cuando llegó a su destino, abrió puso la contraseña de su casillero y lo abrió. Era bastante aburrido, el de los demás tenían fotos, cartas, colores. Pero el de Jungkook era simplemente, nada...
Guardó aquellos libros y cuadernos que no utilizaría. Cerró su casillero y nuevamente sonrió.

Debía fingir que todo estaba bien. Que la depresión no lo consumía, que no pasaba horas sin dormir y que nunca había tocado una cuchilla para atentar contra su vida misma. Nadie sabía sobre su situación familiar. Nadie sabía que sus padres lo habían abandonado por asco y decepción. Y estaba bien con eso, nadie tenía porqué saberlo.

- ¡Hey, Jungkook! - Un chico de cabellos grises habló.

- Hey... Hola Taehyung. - Sonrío levemente.

Taehyung era el único con el que hablaba. También fingía delante de el, pero Tae no era idiota, sabía lo que le pasaba. Pero no quería incomodar a Kook con sus preguntas.

- Vamos a clases, ya es un poco tarde... - Dijo Kook.

- Claro. - Su sonrisa era una de las más calidad y lindas que había conocido. Un sonrisa geométrica.

Ambos chicos se dirigieron hacia el salón. Que por suerte, iban al mismo. Se sentaban hasta el fondo pues, en los asientos del frente estaban los que le hacían la vida imposible.