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capítulo diez

¿Es posible que cuando tienes el día perfecto planeado, desde una cita en un bello parque acuático, luego una tranquila caminata por el parque para después cerrar con broche de oro con una cena romántica, esta se vaya completamente al diablo?

Era lo que ahora mismo pensaba Math, ya que había planeado todo eso para pasar el día con Ben, y quien sabe… dar un paso para así poder confesarle lo que sentía. ¿pero que había pasado? Pues cuando llegó el sábado se enteró que el acuario lo habían cerrado por remodelaciones, no podían ir a caminar ya que justo ese día el clima decidió joderlo con un día de lluvia y para rematar su reserva fue cancelada ya que en la zona donde estaba el restaurante se había ido la luz, por ende todos los locales estaban cerrados.

—¿porque me tiene que pasar esto a mí? planee todo esto y pasa esta mierda .... Qué asco de suerte— dijo Math, el cual se encontraba en casa de Ethan desahogando sus penas y ahora estaba sentando en medio de la cama de este.

—no sé que te sorprende, siempre habrá un momento en el que tengas una suerte de mierda— contestó el mayor, el cual estaba recostado en el suelo sobre una manta leyendo un manga.

—gracias, me sirve mucho tu consejo— dijo Math con un pequeño tic mientras abrazaba una almohada.

—de nada—

—aghh, ¿¡porque me pasa esto a mí!?— Math empezó a sollozar levemente, a lo cual Ethan soltó un suspiro.

Desde que se conocían, Ethan sabía que cuando Math estaba así, se pondría a sollozar haciendo un pequeño berrinche, algo normal ya que lo había heredado de Clyde.

—nghh, Math no es el fin del mundo por una cita arruinada—

—¡lo es para mí! —

—ok, ok— volvió a suspirar y decidió mejor revisar su celular, ya que con los berrinches de Math no podría leer en paz, pero como si se tratara de un milagro vio algo que los podría ayudar —espera, aun hay algo que puedes hacer y estar a solas con Ben, hasta te puede abrazar—

—¿de que… snif... hablas?—

—de esto—

Vio que se trataba de un tour terror, el cual sería en un viejo bunker abandonado, ya que la historia sobre ese lugar relataba que al ser dejado de lado por el gobierno muchas personas iban a ese lugar, haciendo varios rituales satánicos y que uno de ellos acabó en la muerte de doce jóvenes, ya que uno de ellos fue supuestamente poseído por un demonio, pero luego de unos años se desmintió todo y lo único que hacían era consumir todo tipo de sustancias, y el joven al estar con una sobredosis de LSD tuvo fuertes alucinaciones que lo hicieron matar a sus amigos, pero eso no quita el hecho de que tal vez las almas de esos chicos aun estén en el búnker.

—¿enserio crees en eso Ethan?— preguntó Math mirándolo.

—mnn digamos que 50/50, pero igual sería bueno ir junto a Ben y Fred, además si el enano tiene miedo te irá abrazando—

—mnn no lo sé, además está lloviendo y aparte es a las diez de la noche—

—le pedimos a uno de nuestros padres ir a dejarnos y buscarnos, además que tiene de malo experimentar algo así, aunque sea una vez en la vida—

Math lo pensó un poco y aunque él no era de creer en cosas así, tampoco negaba que sería una curiosa experiencia y quien sabe que podría pasar.

—está bien, déjame avisarles y que pregunte quien nos puede ir a dejar— dijo Math sonriendo levemente.

—bien

••••••••

Y como habían acordado, habían avisado a Ben y Fred, los cuales les pareció buena idea ir a ese supuesto lugar embrujado, y para su buena suerte Fred iba a llevarlos en el auto de su papá, ya que hace unas dos semanas había logrado sacar su licencia de conducir, por lo que él se encargaría de llevarlos y después ir a casa de Math a pasar la noche, ya que como era fin de semana pues no era mala idea hacer como una especie de pijamada entre los cuatro.