capitulo dieciocho

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Faltaba una hora para que cayera por la noche y nuestro grupo de chicos se encontraban en casa de Math esperando tanto a Aarón como a Fred, ya que debían ir antes de que la policía iniciara su patrullaje, y si los veían a esas horas fuera de sus hogares, los llevarían de regreso.

—vamos carajo, contesta…— decía Math esperando a que Fred contestara el celular, pero nuevamente lo mandó al buzón de voz —mierda con este imbécil…—

—Lia, ¿segura que tu hermano fue a su casa?— preguntó Dante mirándola.

—sí, yo apenas llegué me salí por la ventana y vine corriendo hacia acá, pero no me topé con Aarón—

—ya se están tardando— comentó Samuel suspirando— ¿deberíamos adelantarnos?—

—es lo mejor, pronto anochecerá y será más difícil buscar en la oscuridad— apoyó Dante a su hermano.

—esperen…— todos miraron a Math— oh este hijo de puta… agh, ¡lo voy a matar!— Math tomó su mochila y caminó a la salida, por lo que los demás lo siguieron.

—¿Math, que pasa?— preguntó Lia.

—¡pasa que ya sé dónde está el imbécil de Fred!—

—¿donde?—

—¡¡fue a buscar a los demás por su puta cuenta!!—

—¿¡que!?— preguntaron todos al mismo tiempo.

Pero antes de poder salir pudieron notar como un par de patrullas empezaban a dar su primera vuelta, dando a entender que habían adelantado el tiempo que harían los patrullajes y no podrían salir.

—me lleva la mierda…— murmuro Math algo molesto, pero más que nada preocupado.

Y en efecto mientras los chicos pensaban en una forma de poder burlar a las patrullas para poder salir, Fred se encontraba caminando por uno de los tantos senderos del bosque, ya que su desesperación por encontrar a Ethan y los demás, lo obligó a no esperar a los otros y prefirió irse antes del tiempo acordado para buscar por su propia cuenta, aun sabiendo los riesgos que esto llevaba, pero estaba dispuesto a todo por encontrar a sus amigos.

Siguió caminando, guiándose solo por su instinto, y agradecía que su animal interno fuera un tigre, ya que gracias a eso no se le hacía tan complicado caminar a oscuras por los bosques, haciéndole fácil esquivar raíces y hasta trampas que solían dejar los cazadores para atrapar, ya sea un conejo o hasta un oso, y para sus adentros pedía no toparse con uno, aunque era poco probable, ya que estos estaban en la parte más profunda del bosque.

Continuó con su caminata hasta que sintió un leve temblor en el suelo, lo cual era bastante extraños ya que era muy difícil que temblara, aunque por lo visto solo era por donde caminaba, y no se equivocó, ya que otra vez sintió lo mismo pero esta vez más cerca, haciendo que mirara a su alrededor, notando a la distancia un par de luces acercándose a donde él estaba.

—mierda…—

De forma rápida se escondió entre los arbustos ya que pensaba que podría ser el guardabosque o la policía, y estaba seguro que si lo veían a esas horas por el bosque lo mandarían de regreso, así que solo debía esperar a que pasaran y así poder seguir con su camino, pero grande fue su sorpresa al ver pasar un par de camionetas de color negro y vidrios polarizados, los cuales impedían ver quienes había adentro, además de no contar con matrículas.

Por lo que una vez pasaron, Fred salió de su escondite mirando en dirección en la que habían pasado los autos, sintiendo una corazonada de que debía seguirlos.

—puede que…— susurró para el mismo mientras apretaba entre sus manos el chuyo de Ethan.

Lo guardo de nuevo en su bolso y empezó a correr siguiendo el rastro que había dejado la camioneta, deseando no estar equivocado, y que lo llevaran a donde estaban sus amigos.

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