C.D de México, 6:15 p.m.
Iba saliendo del trabajo, mi hora de salida normalmente era a las 5:30 de la tarde, pero por problemas y culpa de mí jodido jefe tuve que salir más tarde de lo normal.
Yo tomó el metro de la ciudad porque considero que es un medio más rápido para ir y venir (además de que es barato), y cuando salgo de mi trabajo no me tocan los vagones llenos, para mi desgracia y mala suerte, todos sin excepción iban hasta el tope y no me sorprendía, pues todo el mundo sale más o menos a esta hora.
Camine entre la gente, pasando de vagón y vagón, en busca de uno que no estuviera tan lleno, hasta que llegue al último, el cual, para mi sorpresa, estaba medio lleno, bueno, supongo que a nadie le gusta irse aquí, aparte del raro aspecto maltratado que tiene, al entrar sientes una vibra muy diferente al de los demás, es como más pesada. Otra característica de este vagón es que su mayoría, si no es que todos, eran hombres. No tarde en acomodarme y ponerme justo aun lado de unos chicos que iban de traje y corbata, súper formales; ambos me vieron llegar y se susurraban cosas, pero tome la menor importancia, yo sólo quería llegar a mi casa a comer y relajarme, además de jugar con mis dos gatos.
Iba sumido en mis pensamientos, cuando sentí un extraño rose en mi nalga derecha, pero no le presté mucha atención, esas cosas solían suceder, o eso pensaba, hasta que un nuevo rose pero más lento sentí en el mismo lugar, por inercia voltee y uno de los chicos con traje me miraba de manera lasciva, con cierta incomodidad me moví un poco, para evitar que me tocara de nuevo, pero él se movió conmigo y seguía rosándome el trasero.
Soy abiertamente bisexual y no lo negaré, me estaba calentando de cierta forma sus toques, pero a la vez me sentía manoseado y era algo que no iba a permitir. Con la mirada logré ver un asiento desocupado, aun lado de una chica de cabello morado y vestimenta extravagante que escribía en un cuaderno y de vez en cuando levantaba la vista a todos lados, algunas veces me veía a mí y negaba lentamente, ¿se habrá dado cuenta?, no sé, pero rápidamente, mientras me colaba por la gente, llegue hasta lugar y me senté mientras suspiraba aliviado. Ella sonreía y seguía escribiendo rápidamente y en letra cursiva.
-Eres nuevo eh- dijo al aire, con ganas de que la escuchara
-¿disculpa?- pregunte desorientado
-Que eres nuevo, en este vagón, digo, no te había visto y por la forma en la que actuaste con el hermano de negro, supongo que no sabes lo que pasa aquí- con su pluma señalo todo el lugar.
-La verdad es que nunca me había subido hasta acá, sólo que ahora salí tarde del trabajo y los demás vagones van abarrotados, pero dime, ¿Qué se supone que pasa aquí?-
-Mira, aquí es conocido por los chicos e incluso algunas chicas como el vagón delCruising- dijo haciendo comillas con los dedos
-Y... ¿Qué es el Cruising?- ella soltó una risita, mientras negaba con la cabeza y seguía escribiendo en su libreta gruesa
-Valla que eres noob, mira, el cruising es cuando dos personas se ven en un lugar público y con simples miradas o roces se invitan la una a la otra a tener sexo o simplemente algo casual, como aquí- continuó -es mera seducción y supongo que la gente lo hace por el riesgo y adrenalina de ser vistos, ya sabes, se supone que tener relaciones en un lugar público está mal- se quedó pensando un momento- por ejemplo, ¿ves a los dos chicos de allá?- señaló con la mota azul de su pluma una de las esquinas, donde se encontraban efectivamente dos muchachos que estaban demasiado pegados, pero no parecía ver nada raro a simple vista.
-Sí, los veo, pero no parece que estén haciendo algo-
-Exacto, pero fíjate bien, el chico de atrás lleva desde que se subió arrimándole al otro el paquete y el otro le ha echado unas miradas demasiado lujuriosas, te juro que cuando se baje uno el otro ira detrás de él, es algo normal-
-Valla- dije sorprendido -¿Y tú haces lo mismo?- ella negó
-No, sólo que la primera vez que me subí aquí, por la misma razón que tú, llegué y me senté en este mismo lugar y miré hacia la ventana, pero después, no sé porque, algo me dijo que volteara y lo hice, lo que vi me dejo boquiabierta, un sujeto le tenía metida la mano en el pantalón a otro, ambos se miraban y no decían nada, pero te juro que con sus ojos se gritaban todo, era como si en realidad nadie estuviera más que ellos, yo por mi parte no me lo podía creer, así que como pude y con gran trabajo quite mi vista de ellos, pero para donde volteara miraba algo casi igual, hombres o mujeres tallándose los unos a los otros- su voz sonaba fascinada y movía sus manos exageradamente -Yo no entendía nada, hasta que un chico que iba detrás de mí me conto todo y la verdad es que me dio un poco de miedo al principio, y me dije que no volvería a subirme hasta acá, pero me ganaba la curiosidad y debes en cuando me subía aquí y me sentaba en este mismo lugar, al principio me daba pena mirar, pero ahora me agrada y escribo sobre eso -dijo señalando su libreta y hojeándola, dándome a ver muchas hojas con escritos extensos - de hecho tengo muchas historias y con el paso de los días me di cuenta que se suben a veces las mismas personas, por ejemplo, los tipos que te abordaron a ti- señalo a los anteriores chicos con traje, pero ahora los dos iban tocando a otro tipo, que se dejaba y no hacía nada más que sonreír -ellos son hermanos y lo sé porque una vez los escuche, siempre se suben aquí los jueves y los viernes a la misma hora- alzo su vista y busco entre la gente -oh, también él- señalo a un hombre de unos 35 años de buen aspecto, con cuerpo atlético y barba abundante, la cual recompensaba la falta de cabello en su cabeza rasurada y brillante -él es el Maestro del Cruising, siempre se sube aquí y no hay día el cual no se baje con alguien, sea quien sea-
-Pues, feo no es- susurre inconscientemente
-Supongo que no, pero no es de mi estilo- suspiró -falta poco para que me baje, una estación más y es mi parada, ¿Dónde bajas tú?- me pregunto aun mirando por la ventana
-Tres estaciones más - ella sonrió
-Bueno- iba guardando sus cosas -Espero verte de nuevo, aunque no sea por aquí, aunque sería agradable-
-Pues, es interesante, tal vez alguna vez me atreva de nuevo- le sonreí
-Okay, pero sabes que, espero que sea para intentar el Cruising no solo para ver-
-¿tú lo has intentado?- ella negó
-No, pero no niego que tal vez, algún día no muy lejano me de la loquera y lo haga, chance y baje con el Maestro, ya sabes, si lo intentas hazlo con el mejor- dijo entre risas.
El vagón se detuvo y las puertas se abrieron, era su parada y tenía que bajarse, pero antes de irse se regresó.
-A y mi nombre es Lorena, pero me puedes decir Loki-
-Yo soy Mauro-
-Hasta luego- dijo rápidamente mientras corría para bajarse.
Yo seguí con mi camino y algunas veces miraba a los lados por simple curiosidad.
Era extraño ver a tanta gente tocándose entre sí sin tabúes ni otras cosas, pero a la vez era excitante y llamativo. Sin duda no sería la última vez que me subiría a aquel vagón y, porque no, tal vez intentaría hacer aquel extraño arte.
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Pequeños universos
Short StoryMe gustan las historias cortas pero con mucho significado, salen sencillamente de mi cabeza, y son especiales para mi porque son pequeños universos hechos entre mis manos...