La graduación

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La conexión entre personas no tienen medida, puesto que ahora es más fácil encontrar a alguien aunque este del otro lado del mundo.

Ellos llevaban tiempo en conocerse, habían sido años con altas y bajas tan variadas que nadie esperaba que aun siguieran en contacto, supongo que así son las mejores y más fuertes conexiones. Ante las personas eran "amigos", aunque ambos sintieran cosas por el otro la relación no daba otro paso que no fueran piques casuales u otras señales, ambos habían pasado por otras relaciones, pero entre ellos aún había un sentimiento interesante.

Dulce, después de mucho, decidió invitarlo a su graduación, la excusa perfecta para conocerlo después de años de espera, Alex acepto la oferta sin pensárselo dos veces y cuando menos lo pensó ya iba en un avión con destino al país de la chica.

Lo esperaba en el aeropuerto, por su mente paso llevarle algo, ¿flores serían mucho?, al final decidió optar por solo esperarlo y después ver qué pasaba. El vuelo fue anunciado, los nervios de ambos iban en aumento, la ansiedad por verse era mucha y las emociones se salían de control. Al verse por el pasillo no pudieron esconder la alegría, cuando al final se encontraron en un abrazo sintieron alivio inmediato, los años de espera habían valido la pena. La gente los miraba, incluso una señora no pudo evitar soltar un "owwwww" a lo cual ellos solo rieron.

Había llegado una semana antes de la graduación, y durante ese tiempo ella le había mostrado una parte de su ciudad, que a pesar de no tener mucho atractivo turístico, todo parecía interesante en ese momento. A parte, él se había aprovechado de probar la comida mexicana, y presumió que nada era lo suficientemente picante como para "matarlo" (aunque ya alguno le había sacado una lagrimita), igual habían noches que ambos se quedaban hasta tarde hablando, siempre había algo de lo que tenían que comentar, y por la hora ella solía quedarse a dormir con él en el hotel, Alex dormía por respeto en otro lado, pero no dudaba en quedarse despierto un poco más para verla dormir.

Ya el día de la graduación él la acompaño junto a su familia en la ceremonia, verla con toga y birrete mientras era felicitada lo hizo sentirse orgulloso. Después de que se despidiera de sus amigos, Dulce fue con su familia, y no pudo evitar correr a abrazarlo

-Gracias por venir - susurro ella

-Gracias por invitarme - contesto Alex mientras la apretaba más.

Después de ir a comer para festejar, ambos se preparaban para la fiesta de la noche, Alex en el hotel se encontraba nervioso, pues el hermano de Dulce iría por él.

Ambos iban en el carro, la estación de radio se escuchaba de fondo, nadie hablo hasta que llegaron a un semáforo en rojo.

-La vas a cuidar ¿verdad?- dijo el conductor sin dejar de mirar al frente

-Si- dijo Alex nervioso mientras jugaba con sus manos

Al llegar a la casa de la chica, la familia esperaba en la sala, la madre de ella le hablo para que saliera, pues ya era hora de irse a la fiesta. Ella salió de su cuarto, con un vestido largo de gala en color rojo que le quedaba bien con el tono de su piel, cuando vio a Alex parado en la puerta su rostro se tornó carmín y bajo su mirada algo avergonzada, sus manos sudaban y por dentro sentía un cosquilleo raro en el estómago. Por su parte, él la miraba fijamente, no creía lo que tenía enfrente, respiro hondo para calmarse y sonrió por inercia.

-Te ves hermosa- susurro cuando al fin la tenía a poca distancia. Ella sólo negó mientras sonreía ampliamente.

Antes de poder irse, los padres de la chica hicieron las típicas fotos de la noche, Dulce trataba de negarse, porque odiaba las fotos, y Alex reía divertido ante la escena, sin importar mucho el berrinche de la chica, el flash salía rápidamente, una tras otra las fotos fueron hechas hasta que al final decidieron dejarlos libres.

Ella sería la encargada de manejar, durante el camino el silencio era presente pero este no molesto en lo absoluto, ambos estaban cómodos por la simple presencia del otro. Llegando al lugar, era fácil saber de la fiesta, pues diferentes tipos de luces y la música a todo volumen salían del recinto, además de las personas que iban de gala con vestidos entallados y trajes a la medida.

La noche tenía ambiente, él fue conocido como "El famoso Alex" pues todos al verlo preguntaban lo mismo. Con comida, baile y algunos tragos de alcohol, la fiesta iba culminando, no sin antes poner las típicas baladas para las parejas enamoradas, al empezar la primera canción romántica, Dulce iba dispuesta a sentarse, pues el baile en parejas no era lo suyo a decir verdad, pero su andar fue detenido al ser agarrada del brazo, Alex no perdería esta oportunidad, por lo que, después de unas tantas palabras la logro convencerla.

El baile era lento, típico de esas canciones, ella tenía sus brazos alrededor de su cuello y él la agarraba fuerte de la cintura, como si sintiera que se le fuera a escapar, él la guiaba, mientras ella trataba de mirar a cualquier lado para evitar subir su nerviosismo o terminar vomitando enfrente de él. Alex termino acercándola más, apretándola a su cuerpo, lo cual la hizo temblar, ambos se miraron, parecía que todo en el lugar comenzaba a hacerse borroso, justo como te lo pintan en las películas e historias cursis, no sabían bien lo que pasaba ni lo que fuera a suceder después, pero ese momento preciso era suyo. Él fue acercándose de poco a poco, como para tantear si tenía permiso o no, al ver que ella no se movía ni decía nada, termino acercándose por completo para poder besarla, fue algo tierno y sencillo, pero lo que importaba era la intención. Ambos al separarse sentían que se miraban diferentes, que las cosas se sentían diferentes de una buena manera.

-Alex, enserio te quiero- dijo ella mientras lo miraba a los ojos

-Dulce, también te quiero- contestó él esbozando una sonrisa

Las canciones se fueron acabando, ellos seguían bailando y sonreían demasiado, muchos pensarían que al final les dolerían los músculos de la cara, también, uno que otro beso pequeño era dado, pero todo con cierta timidez de parte de ella.

Ya terminada la fiesta, ambos iban rumbo al hotel, hablaban de todo, de las personas bailando, de los chistes y bromas. Ya era tarde, las dos de la madrugada se veía en el reloj del carro, era justa la hora donde de todos los establecimientos salen las personas. Ellos tenían luz verde, ella pasó sin pensar que habría problema, desafortunadamente un sujeto con alto grado de ebriedad no respeto el semáforo y los embistió con gran fuerza debido a la velocidad.

De las tres personas participantes en el accidente, solo una murió, ella, pues el golpe había dado directo de su lado y recibió todo el impacto, Alex, por su parte, estuvo hospitalizado durante un mes, su familia llego justo días después del accidente, decirle la noticia fue casi imposible, y su reacción contagio de tristeza a todos en el cuarto, enfermeras y doctoras incluidos.

Visitando el lugar donde ella ya se encontraba enterrada, no pudo reprimir sus emociones, grito y lloro cuanto pudo, pero el dolor era demasiado agudo y no se fue. Hablo y maldijo, platico y prometió muchas cosas. Siempre recordaría su último día junto a ella.

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