El chico de baile

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En la ciudad no faltaban los eventos de baile, varias personas se juntaban en un mismo lugar apara ver a los grupos bailar y mostrar sus mejores pasos.

Ella decidió ir a uno de estos eventos, después de todo no tenia nada que hacer ese día y era el mejor plan que se le ocurrió al momento.

Llego al lugar, faltaba poco para que empezara el show, miró a su alrededor, habían mucas personas, algunos grupos ya estaban juntos y otros llegaban con pancartas y cosas varias, no había nada que le llamará verdaderamente la atención, hasta que vio un grupo de muchachos los cuales parecían que iban a actuar, realmente no sabía porque se había quedado pegada viéndolos, hasta que noto entre todos a uno de ellos, se destacaba por su estatura y algo más, ella sintió un sonrojo en sus mejillas y decidió voltearse a otro lado, no entendía que pasaba, ni porque su corazón palpitaba de manera tan ruidosa.

El show comenzó, de uno por uno los grupos fueron subiendo, ella no pudo evitar envidiar como se movían algunas de las concursantes, pues pensaba que ella nunca llegaría a poder ser tan buena como ellas, si, ella era una papa comparada con esas chicas.

Cuando pensó en marcharse, pues comenzaba a tener hambre, el grupo del chico en el que se había fijado subió al escenario, ella regreso a su asiento de un brinco y miró atenta, no prestaba atención a nadie más que a los movimientos de aquel muchacho, sus mejillas estaban rojas y sus manos sudaban, aunque quisiera no podía quitarle la mirada. Al terminar el baile ella aplaudió y de un impulso eléctrico se levanto de su asiento, llamando la atención de unos cuantos, para cuando ella se dio cuenta decidió marcharse de aquel lugar corriendo.

Así fueron pasando varios eventos, ella iba solo para ver aquel chico totalmente misterioso, y al terminar su rutina de baile ella aplaudía y se paraba por inercia para después salir corriendo del lugar.

Un día, totalmente diferente, ella tuvo que ir a hacer las compras. Mientras caminaba entre los pasillos de la tienda, antes de dar la vuelta vio algo que le llamo la atención, regreso su paso y no pudo creer que se había topado al tipo misterioso, su respiración se acelero y sus ojos se abrieron, corrió de aquel pasillo, mientras tiraba a su paso unas cajas, aun así llego al otro extremo de la tienda, al estar sola se sintió tonta y golpeo su frente varias veces con la mano mientras se repetía lo torpe que era.

Era viernes, había evento de baile y ella como siempre se presento en el lugar, tomo un lugar enfrente y espero a que empezara el show, pasaban los grupos y por un momento ella pensó que él no iba a actuar aquel día. Para su suerte el grupo del chico fue el ultimo en salir, ahora el chico se presentaba con más fuerza, disfrutaba del baile y ella con él, a pesar se algunos pasos sugerentes que la hacían sonrojarse, vio el baile de inicio a fin, y como siempre aplaudió con entusiasmo, pero esta vez no pudo salir corriendo, la gente estaba arremolinada en el lugar, y no había forma de escapar. Se puso nerviosa, miraba pero no había forma de huir, todo se le complico cuando al volver la mirada al escenario el chico la miraba atentamente, ahora sí tenía que correr de allí como fuera, sin embargo sus piernas no reaccionaron como quisiera así que se quedo pegada a su asiento.

El evento termino, pero durante toda la clausura ellos se miraron, ella de manera nerviosa lo miraba, algo como asustada, él la miraba normal, pero como si la vigilara. Cuando las personas empezaron a salir ella estaba a punto de correr pero la voz de alguien la paro, miro para atrás y el chico iba corriendo hacia ella, por instinto quiso huir antes de ser atrapada y cuestionada, moría de vergüenza, pero la mano del muchacho en su brazo la detuvo.

-¡Oye!, no corras- dijo algo agitado el chico -Necesito platicar contigo-

-No... no sé de que hablas, yo no te conozco- dijo nerviosa la chica mientras trataba de no verlo

-Creo que si me conoces, te he visto en los eventos, siempre que terminamos te vas y el otro día te vi correr en la tienda, ¿a caso me sigues?- pregunto confundido. Ella se volteó indignada.

-¡¿Qué?!, claro que no, no te sigo, estas loco- movió la mano del chico que aun la sujetaba -Como dije, no te conozco- Él soltó una risilla

-¿Entonces porque corriste ahorita como si huyeras?- la chica no logró contestar al momento, a lo cual el sonrió victorioso -Me llamo Alexander, ¿cuál es tu nombre?-

El corazón de ella estaba que reventaba, por un momento dudo en contestar pero solo suspiró para calmarse y como pudo habló

-Me llamo Dulce-

-No eres de aquí ¿verdad?- ella negó

-Soy de México-

Se miraron por un rato, algo pasaba por la mente de los dos, algo que se decían silenciosamente a los ojos.

-¿Que te parece si voy por mis cosas y vamos por allí?, podría enseñarte varias cosas de la ciudad- ella sonrió y asintió ante la invitación.

El corrió por sus cosas y regreso como un rayo hacia ella, salieron caminando del lugar, platicando de algunas cosas, sin querer habían empezando una pagina de una gran historia.

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