SEGUNDA PARTE: ONCE NOCHES EN VELA MIRANDO EL TECHO

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ASESINATO A PIE CALZADO

A veces mata 

y te da tu merecido 

lo que siempre has dado 

y nunca has querido.

Y las lágrimas caen como chuzos de punta, 

las letras nunca llegan al borde del papel, 

proclamas una maldición porque vuestras manos no se juntan, 

como si las reglas hubieran cambiado y ya no fuerais aquella o aquel.

Y tú preguntas porqué 

y sólo respondes

"fue por esa vez".

Eráis dos polos opuestos revelándose, 

no eráis más que Hades y Persephone amándose.

Ella, más presa de sus sentimientos encontrados 

que de las cadenas que apresaban sus manos.

Él, atado al fuego que lo carcomía, 

que le gritaba "ella es sólo mía”.

Enfrentarse a la realidad era cruel

y tú te negabas a aprender 

que nadie es dueño de una mirada 

ni del alma que la enviara 

ni del cuerpo al que llegara 

porque ni te pertenece 

ni la ocasión lo merece, 

porque es indudable pensar

que no somos más que transeúntes intentando caminar 

y que inevitablemente tendemos a tropezar

y culpamos al suelo de nuestras heridas 

pero el también ha de cobrarse las pisadas 

que por supuesto, dejan huella, sino de él, de ella.

POEMARIO DE UNA SOÑADORA CON INSOMNIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora