SEGUNDA PARTE: SIETE NOCHES EN VELA MIRANDO EL TECHO

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CUCURUCHO

Sacando el niño que llevo dentro, 

ese que se esconde y no encuentro.

Y sólo sale cuando no me concentro, 

cuando estoy en calma y no lo intento.

No hay ganas de estar en el centro, 

lo que quiero es menguar y que nadie esté atento, 

desaparecer de lo que parece un infierno.

Me gusta sentir atracción por los colores, 

recordar que habían otros males que no los causaban estúpidos amores, 

que siempre había alguien para tomarte en sus brazos y suplicarte "no llores".

Ahora todo es tan distinto, 

pese que volver a los orígenes es un instinto,

en algunos tristemente ha quedado extinto, 

es un placer perderse día a día este laberinto.

POEMARIO DE UNA SOÑADORA CON INSOMNIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora