PRIMERA PARTE: QUINCE HOJAS SECAS EN TU PORTAL

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CÚSPIDE

Adoraba las alturas, se sentía en la cúspide pero cuando la autoestima le fallaba caía por debajo del suelo y sus fuerzas pedían socorro en un eco miles de metros más abajo.
Él, para ella, era una visita al Himalaya y al dejarse caer en sus brazos alcanzaba el pico más alto de su felicidad porque no había deporte de riesgo que más le gustara que el ascenso hacia su boca y el descenso hacia su palpitar y ni que decir tiene que en este deporte estaba prohibido hablar pero era obligatorio gritar.

POEMARIO DE UNA SOÑADORA CON INSOMNIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora