SEGUNDA PARTE: NUEVE NOCHES EN VELA MIRANDO EL TECHO

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EL PRECIO DE RECORDAR

A veces hablaba como si hubiera madurado, 

como si me hubiera querido

y tuviera un buen motivo

que justificara que se hubiera marchado.

A veces me miraba con recuerdos,

pero cuesta perdonar 

y pocos locos se vuelven cuerdos 

y pocos tienden al olvidar.

Y yo intentaba no hacerle daño, 

pero si nunca pensó en mí 

y hirió año tras año, 

¿Porque no ser egoísta y feliz?

Sencillamente porque no se puede, 

porque hay heridas que nunca sanan 

y desafortunadamente hieren.

POEMARIO DE UNA SOÑADORA CON INSOMNIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora