SEGUNDA PARTE: VEINTIUNA NOCHES EN VELA MIRANDO EL TECHO

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POR NO LLORAR

El pasado suena en la radio y me arrastra hacia un recuerdo que me hace sonreír, 

un lugar lejano donde aún no había aprendido a vivir,

y sigo igual, sin seguir,

aferrándome a momentos que me impiden ser feliz.

Río por no llorar, 

me río de mí y quizás, 

sea la mejor forma de aprender a ser feliz y caminar, 

continuar sin mirar más atrás, 

llevarme a los grandes y nada más, 

en los dedos de las manos los que he de conservar.

POEMARIO DE UNA SOÑADORA CON INSOMNIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora