CARPE DIEM
Supongo que alguien entenderá aunque no sea su problema que, más que comerme el mundo, a veces el mundo me devora. Digo yo, que no sea la única persona que se siente protegida debajo de una sábana, oculta en unos auriculares y tras un cruce de brazos a la altura del pecho. Desafortunadamente, el frío, el caos y el desastre siempre se hacen un hueco y cuando más frágil te sientes más martillazos te pegan. Y no, no soy de cristal, pero algunas veces me gustaría serlo, para que cuando estallara algo saltara al boxeador de este maldito saco de arena.
A veces soy de papel y me pinto sonrisas, otras de plastilina y le doy muerte a estas deformes lágrimas, también soy de cartón y me acuesto sobre mí misma en alguna callejuela de las que rodean la catedral, puede que finja ser de hormigón pero soy de aluminio y me doblo al primer golpe en el estómago y tan sólo en pequeños y excepcionales momentos me miro confusa al espejo y un efecto óptico me muestra el diminuto diamante que somos en todas las ocasiones, aunque no nos demos cuenta y que me recuerdan que sigo en pie después de tanto pico y tanta pala.
Le damos la oportunidad de tasarnos a cualquiera que saque pecho y nos diga que no darían un céntimo por nosotros. No tenemos precio, ese es el problema, porque todo se compra con dinero. A mí parecer es más valioso un minuto que un céntimo.
En un minuto le di una carta a mi padre que lo emocionó, en un minuto mi abuela se reencontró con su hermana, en un minuto abracé por primera vez a mi hermano, en un minuto le di el último abrazo a mi tío.
Lo desperdiciamos porque consideramos que es lo único que es ilimitado hasta que llega un día y te dicen que va más rápido y se acaba, entonces te das cuenta de que no le has dado los buenos días a tus padres, ni les has dicho a tus hermanos que a pesar de las putadas tu vida no tendría sentido sin ellos, ni le has dicho todas las veces que deberías a tu abuelo lo mucho que lo admiras antes de que el Alzheimer le robara vuestros recuerdos.
Porque los minutos pasan, el tiempo es un tren con viaje de ida, viaja todo lo que puedas.
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POEMARIO DE UNA SOÑADORA CON INSOMNIO
PoetryTodas las noches que me escondí entre las sábanas del silencio contando los hilos de mi atuendo, repitiendo tu frase de despedida, todos los billetes que compré de vuelta, pero sin ida, todas las veces que mordí mi labio inferior callando un "vuelve...