Diario de un Monstruo

Noche

20 de Junio

Mis amigos dicen que no debo temerle a la noche, porque es algo natural, es parte de la vida, y sin noche no hay día. No le tengo miedo a la noche, pero con todo lo que está pasando creo que hay algo malo ahí escondido; de noche hay cosas que no comprendo, hay criaturas extrañas, ruidos que me asustan...

Aún así me gusta la noche, sin ella no habría estrellas, ni luna, ni luces a lo lejos, ni grillos... A Patch y a Gabriel les gusta mucho la noche. Últimamente Gabriel se la pasa viendo por la ventana, suspirando, sonriendo mientras leo el libro de cuentos más reciente que papá me compró antes de irse a trabajar.

No puedo dejar de leerlo, y como mamá ya me permite salir al jardín aprovecho y me llevo el libro conmigo. Es de monstruos, monstruos que salen en la noche; a Gabriel le gusta mucho el libro porque habla sobre él, del lugar donde vivía hace muchos años. Dicen que Gabriel era poderoso y tenía muchas novias, que aparecían muertas porque él se las comía, y explican porqué no le gusta la luz de sol. Hasta hay un dibujo suyo.

El libro dice cosas muy malas de Gabriel, dicen que es peligroso, pero a mí no me lo parece. Él es bueno conmigo, me cuida y también le gusta ver la luna. No lo sabe, pero a veces me doy cuenta cuando se sale por la ventana, y que cree que estoy dormida. No lo culpo, lo envidio, que pueda salir a divertirse en esa noche que ama tanto.

Es valiente, no le teme a esos ruidos, ni a la oscuridad; Gabriel es fuerte, tanto como lo es Patch, pero no lo aparenta porque parece un humano; alguien como él no le teme a nada, ni a los niños en bici, ni a los Lobos grandes y malos...

Quizá tampoco a los monstruos, que no son ni como yo ni como mis amigos. Que son peores, como el Monstruo del que hablan en las noticias, escondidos en esa gran noche, que en verdad den miedo.

Azul