Amigos

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20 de Marzo

En los cuentos siempre se dice que los monstruos son seres solitarios que no tienen amigos y, que si los tienen, son otros monstruos. Patch, Gabriel y Espino no son así para nada.

Mis papás y las personas en el hospital dicen que debo convivir con otros niños de mi edad, conseguir amigos de verdad, pero no los necesito. Ya tengo. Los niños de mi edad son malos y ni siquiera me hablan.

Mis verdaderos amigos me acompañan cuando me siento sola, cuando tengo que ir al closet que me da miedo, y se quedan conmigo hasta que me duermo.

            Nunca había conocido a nadie como a ellos, son increíbles. Gabriel habla como un adulto (a veces dice palabras en un idioma que no entiendo), siempre es muy serio, a veces me hace enojar porque me esconde mis cosas, pero sé que no lo hace con mala intención. Es muy guapo, aunque se ve siempre algo pálido, tiene un rostro más bonito que el de los ángeles que se ven en las películas, y no le gusta salir al jardín cuando hay sol.

            Patch es como un perro, pero es más alto que mi papá. Tiene mucho pelo color gris, y unos dientes grandes, del tamaño de mi mano; me gusta su cola esponjada, como de ardilla. Si las personas lo vieran correrían de miedo, pero es muy cariñoso y bueno conmigo. Le gusta ladrarles a los autos y subirse a aullar al tejado por las noches.      Mientras que Espino es suave y esponjoso, menos su espalda, porque tiene púas que es mejor no tocar. Es grande, pero no como Patch. Cuenta unos chistes graciosísimos que a veces no entiendo; dice que no le agrada mi mamá...

            Yo no sé qué haría sin ellos. Fueron llegando al jardín de uno por uno, primero Espino, luego Patch y Gabriel al último; nos hicimos amigos en seguida, también les gusta el color azul. Mis papás no los quieren, no sé porque, pero no me impiden que esté con ellos y ellos nunca se alejan, viven aquí conmigo. Me explican cosas que no comprendo (cosas que mis papás no me explican), aunque ellos no lo saben todo, pero saben mucho más que yo.

            Cuando vemos juntos la tele, en las noticias siempre dicen que hay gente mala, que lastima a la gente, que les hacen cosas malas a las niñas como yo, que los devoran y los desaparecen en sus fauces donde nunca nadie más los vuelve a ver....

A mí no me importa que mi mamá no los quiera, ellos son mis amigos; no son malos, no son como los monstruos que salen en los cuentos, ni como la gente mala que sale en la televisión.

Ellos no van a comerme.

Azul

Diario de un MonstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora