capítulo 3: El beso.

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Amelia Adams.

No... era un beso.

No por completo.

Permanecí quieta un momento con los ojos abiertos sorprendida, él tenía sus labios sobre los míos pero sin moverlos, intenté con todas mis fuerzas reaccionar y alejarme pero mi cuerpo no hacía nada estaba totalmente helada ante su tacto.

Lo único que pude sentir fue su mano rodeando mi cuello y acercándome más a él, justo en ese momento reaccioné, rodee inconscientemente su cuello, cerré los ojos y esa vez pude percibir más el movimiento de sus labios junto con los míos.

Su beso era dulce, tierno, podría llegar a jurar que era un deseo por parte de los dos. Me perdí en la sensación y el sabor a menta de su boca, besaba bien, bastante bien.

Seguía su rítmica y él la mía, sentía mi cuerpo deshacerse consigo, si. Era una de los mejores besos de mi vida.

-¡El tiempo acabo! - escuché gritar a Hugo.

Apenas tomé distancia la realidad me abrumó, justo allí me percaté de lo que de verdad había pasado.

¿lo había hecho verdad? .

¿acababa de besar a Marck?.

A. Mi. Mejor. Amigo.

Oh Dios, ¿que hice?. ¿qué le había permitido hacer?.

-Am... yo... - musitó, mirándome fijamente, aún seguíamos cerca, su aliento golpeó mi boca y su respiración errática se hacía notar.

Quizás esperas que te diga que lo besé de nuevo, o que le di una cachetada o algo por el estilo pero la verdad es que... no.

¿recuerdas que dije que no era cobarde? Eso era sólo para unas cosas... para la gran mayoría de verdad lo era.

Me incorporé de inmediato y Marck hizo lo mismo, en ese momento los chicos del grupo estaban centrados en Hugo y Silvia que les tocaba besarse, así que cuando comencé alejarme no lo notaron, Marck me estaba siguiendo, pero yo no tenía cara para mirarlo , entre la gente creí perderlo y al mirar de nuevo hacia delante tropecé con un chico.

-Hey, ¿todo bien? -preguntó una voz masculina que no pude identificar, intenté mirar quien era pero la tenue iluminación no me lo permitió.

-Yo... necesito aire - pedí, mi respiración era bastante errática, no había que ser inteligentes para saber que obviamente no estaba bien.

-Acompañame - el chico puso su mano en mi espalda, el roce de piel gracias al descubierto del vestido, me dio un pequeño escalofrío. Me guió hasta la salida.

Apenas estuve afuera pude respirar de nuevo, Marck no estaba cerca, cosa que me tranquilizaba aún más.

-¿mejor? -me preguntó el chico.

- Si, gracias...

-Lucas Smith, un gusto - el chico me extendió la mano y correspondí el saludo.

-Amelia Adams, gracias por sacarme de allí.

Lucas me sonrió de una forma auténtica para luego señalar un banco fuera de la casa, con la intención de que tomara asiento. Así lo hice.

Al estar fuera pude detallarlo mejor, su cabello rubio estaba ligeramente despeinado, lucía una camisa negra abotonada, hasta las muñecas, traía un jean del mismo color, y botas negras, delgado con un poco más de la altura promedio, sus ojos verdes con tonos almendra que con la noche se veían más oscuros, me analizaban y observaban expectantes.

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