Amelia Adams.
¿Qué yo podía romperlo más que ella?
Yo jamás le haría daño. ¿Cómo podía él pensar eso de mí?.
Si, lo conozco, y como dice el dicho saber es poder. Conozco cosas lo suficiente importantes para él y si fuese mi intención podría en cualquier momento destruirlo, sin embargo, esa no era mi intención. Y ese tampoco fue el sentido de sus palabras, él se refería algo netamente emocional.
Al final hice todo lo posible por apartar mis pensamientos, bajé las escaleras y lo seguí. Él fue directamente hacia la puerta, y apenas abrió no pude evitar sentir nauseas de la escena que se alzaba a mis ojos.
La pelirroja salto a sus brazos y Marck ante la pura inercia extendió los suyos para que no cayera, ella tomó su rostro entre sus manos con la única intención de besarlo, pero él reacciono al instante y se apartó.
—amor...
—¿Qué demonios haces aquí? —espete con desdén, con toda la intención de interrumpirla.
Ella soltó al pelinegro, y dirigió su venenosa mirada verde hacia mí, con pasos mínimos se encontraba a poca distancia de un encuentro, tuve que levantar ligeramente la mirada para verla. La postura que Carolina mantenía era imponente, retadora e intimidante, su favorecedora altura le ayudaba a conseguir ese objetivo.
—¿Qué haces tú aquí? —no pasó por alto el gesto despectivo que efectuó.
—acompaño a mi mejor amigo. —enfaticé con la sola intención de molestar. —pero tu no tienes excusa alguna.
Ella blanqueó los ojos, como si le hubiese dicho lo mas absurdo de todo el mundo.
—¡ay por favor! Hasta tu sabes que es una excusa para poder comértelo cuando quieras. —su mirada desafiante incrementó con lo despectivo de su tono.
—para tu decepción, no somos mas que amigos —le recalqué, el enojo reluciendo en mis orbes, y adornando mi voz.
Algo en mi dolió con demasía pero intente de sobremanera disimularlo. Ella me intimidaba y lo sabía, eso lo tenía a su favor.
—cariño, ¿dejaras que me agreda así? —lo despectivo de su voz relució.
Marck pareció reaccionar por fin, y con tono tembloroso por lo cargado de emociones que de seguro llevaba dentro.
—ella es mi mejor amiga, y no te está agrediendo. Te está aclarando. —le espetó él con fastidio.
—amor, —se le acercó a él. —¿no vez la cizaña? ¡Quiere separarnos!
El enojo corría por mis venas, quería tomarla del cabello y arrastrarla por el piso. Pero del mismo modo me intimidaba de cierta forma.
—¿separarlos? ¡estás loca! ¿Qué gano yo con eso? No seas ridícula. —blanquee los ojos enfada.
Ella se acercó más, el resueno de sus tacones contra la madera le daba la elegancia que destilaba a metros con el solo hecho de vestir con ropa lo suficientemente cara, las hebras de su cabello contorneaban su rostro, y su gesto mas que amenazante me hizo retroceder.
—no estoy hablando contigo, ¿lo entiendes? —de forma sutil intimidó, y yo solo fui capaz de mirarla.
—pero yo si estoy hablando contigo. —me las arreglé para sonar lo más firme posible y logré mirarla fijamente. —no voy a permitir que lo confundas mas.
—¿de verdad crees que alejándolo de mí, te elegirá a ti? —rio con tanta crueldad y sorna que se me erizó la piel. —no seas estúpida, ni siquiera eres el tipo de mujer que le gusta. ¿no te das cuenta de lo insípida que eres?
ESTÁS LEYENDO
Entre Líneas
Teen FictionAmelia una chica de poemas y timidez notoria, con una historia, bastaba solo un beso para desenvolver un tsunami de emociones, dos caminos, dos personas, dos vidas distintas y opuestas. Una historia por contar a manos de una chica que por medio de...