Capítulo 11

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Nota de la autora: Reproducir vídeo cuando se indique.

Narrador omnisciente

No no no, esto es malo, esto es muy malo ¡me mataría aquí mismo y ni siquiera había podido despedirme de mi padre!. Pensó Stiles.

Derek estaba un poco más sobrio, pero de igual manera se encontraba cegado por la locura y la rabia.

*Reproducir vídeo*

—¿Me podrías decir cuál es tu jodido problema! —exclamó Stiles. Las paredes de la habitación hacían que todo el ruido de afuera cesara considerablemente para poder hablar sin tener que gritar.

—Te salvé de ese tipo. Se iba a aprovechar de ti, lo conozco.

—¿Y eso a ti que te importa! ¡Estaba pasándomela genial!

—No, no es cierto. Estabas incómodo.

—Y eso son temas que no te conciernen. ¡Tal como dijiste, tú con tus cosas y yo con las mías! —su cara estaba roja de ira—¿Qué carajos pasa contigo, eh! Dijiste que me alejara de ti y eso hice. Y ahora vienes cómo si nada. No, estoy harto de ti y de tu actitud de mierda. ¡Ya dime que putas quieres!

—Ya cállate, Stiles.

—¡No! Ahora sí me vas a escuchar, maldito idiota —lo jaló del brazo para que lo mirara a la cara—Solo quería pedirte disculpas por lo del otro día, estuvo mal que quisiera meterme en tus asuntos personales. ¿Pero esto? Esto es el colmo. ¡No te entiendo!

—Yo tampoco me entiendo.

—Que conveniente —río sarcástico—¡Ya solo dime que es lo que quieres de mi!

—¡Te dije que te callarás! ¡Solo empeoras las cosas!

—¡Pues cállame de una puta una vez!

Derek ya no aguantó más la presión y empotró a Stiles contra la pared agarrándolo del cuello, Stiles gimió bajito por el dolor y lo que nunca se esperaría ni en un millón de años pasó en un abrir y cerrar de ojos.

Derek presionó sus labios contra los suyos en un beso brusco y desesperado. Por unos segundos Stiles no le correspondió pero poco a poco fue cediendo ante esos encantadores y suaves labios.

Sentía la mismísima gloria en ese momento. No sabía si era por el alcohol que corría por sus venas o las miles de emociones que estaba sintiendo en ese momento.

Stiles pasó sus manos por los hombros de Derek y después hacia su cuello, detrás de su nuca, en dónde nacía su cabello. Subió un poco más y jaló el cabello azabache con fuerza, haciendo que Derek echara su cabeza hacia atrás.

—Todo esto es tu culpa. —Derek murmuró con un gruñido—Ahora te voy a enseñar qué pasa cuando sobrepasan mis límites.

Stiles no pudo evitar gemir ante esas palabras. Quería seguir tocando su rostro y sus hombros pero Derek no se lo permitió. Agarró ambas manos del castaño y las colocó encima de su cabeza. Derek lo presionaba con fuerza y Stiles no podía zafarse. Es más, no quería.

El calor empezó a subir en ambos.

Derek volvió a besarlo con salvajismo. Dominaba muy bien el beso. Y a Stiles se le dificultaba un poco seguirle el paso, más que nada por su estado, pero él también tenía cartas que poner sobre la mesa.

Derek levantó su mano libre y la dirigió al mentón del contrario, con un movimiento logró que Stiles abriera más la boca, dándole acceso total a su lengua. Era una sincronizada danza entre ambos, una lucha por tener el control de la situación, descargando toda la tensión sexual que se había acumulado con el tiempo.

El hilo rojo del destino //Sterek//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora