Narrador omnisciente.
Derek se encontraba en la oficina del director. Lo habían mandado a llamar para buscarle solución ante sus bajas de calificaciones. Si seguía así, podía perder el año otra vez.
—Señor Hale. —habló el director con voz gruesa—Usted está bien sabido que su desempeño académico no es el mejor, y por ahora, por su castigo que tiene impuesto, me deja en una posición difícil al momento de seguir defendiendo su lugar en esta institución.
—Estoy tratando de mejorar.
—Eso parece. Algunos profesores me han comunicado su cumplimiento con actividades en clase gracias a un compañero suyo que lo guía al momento de hacerlo. —Derek se ruborizó al saber de quien hablaba, pero lo disimuló bien—Pero no es suficiente. Lo único que puedo aconsejarle, es que hable personalmente con todos sus profesores y lleguen a un acuerdo para entregar trabajos finales que le aseguren una calificación aprobatoria.
—¿Puedo hacerlo?
—Por supuesto. Es lo máximo que puedo hacer por usted. —se quitó los lentes y lo observo fijamente—Su padre es un muy buen amigo mío, por eso mismo me he retenido en expulsarlo de la escuela. —Derek bajó la mirada apretando los puños.
—Sí, entiendo. Le prometo, señor director, que esta vez haré las cosas bien.
—Eso espero. —volvió a ponerse los lentes y empezó a acomodar unos papeles de su escritorio—No deshonre el apellido Hale —Derek apretó la mandíbula inmediatamente al escuchar aquello—Es todo, puede retirarse.
Derek tomó su mochila y salió de la oficina sin más. Tenía los puños apretados todavía.
"No deshonre en apellido Hale". Esas palabras volvieron a resonar en su mente. Tenían razón, su padre había construido un gran legado, tenía una empresa exitosa y una vida envidiable. Que él pudo haber heredado, pero que se negó rotundamente.
¿Y él que había hecho? Nada, absolutamente nada. Solo ganarse el título del mas grande hijo de puta de la escuela. El chico más popular y cabrón. El mejor jugador de fútbol americano y líder el equipo. Eso no era nada comparado a lo que había hecho su padre.
Por esas mismas razones se sentía tan inferior y miserable. Tan abstraído, tan impotente.
¿Cómo sería la mejor versión de si mismo si no sabía cómo empezar?
Mientras iba caminando por los pasillos, escuchaba las voces de los alumnos como un eco, las personas se apartaban de su camino automáticamente, todo se sentía tan irreal, tan lejano.
Hasta que, chocó con alguien, una figura femenina.
Jennifer. Mierda.
—¿Se puede saber porque carajos me has estado ignorando estos últimos meses? —le preguntó molesta.
—No me estes jodiendo ahora, ¿si? —trató de apartarse pero la chica colocó una mano en su pecho.
—No has contestado mis llamadas e ignoras mis mensajes. ¡Me hiciste a un lado completamente!
—Tú me dejaste bien en claro que ya no querías nada conmigo esa noche. —Derek apretó la mandíbula, molesto.
—Estaba ebria, ¿okey? Quería divertirme y tú estabas con tu humor de los mil demonios. Tenía que distraerme.
—Seguro. Y cómo consuelo te fuiste a abrir las piernas con el primer pendejo que se te cruzó. —soltó con veneno.
—¿Cómo dices, idiota?
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El hilo rojo del destino //Sterek//
RandomUn hilo invisible al ojo humano conecta a aquellos seres que están destinados a encontrarse, a pesar del tiempo, del lugar, a pesar de las circunstancias. El hilo puede tensarse o enredarse, pero nunca romperse... Derek necesita que alguien le dé o...