Capítulo 14

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Narrador omnisciente.

— ¿Cómo que no podrás ir hoy a la escuela? —Stiles tenía el teléfono pegado a su oreja gracias a su hombro, mientras que con las manos libres se colocaba un pantalón de mezclilla.

—Amanecí con un poco de tos y gripa —Isaac tosió un poco desde el otro lado de la línea. Su tono de voz se oía chistoso debido a que tenía la nariz congestionada—Y creo que contagié a Liam también.

—Te dije que te cambiarás la playera y te pusieras un suéter después de jugar basketball. ¡La noche estaba helada!

—Ya lo sé, mamá. No me regañes —se burló mientras estornudaba.

—Idiota —río levemente—¿Y ahora con quién me voy a juntar hoy?

—Pues estarás solito.

—Como un perro.

—Exactamente.

—Eso me pasa solo por hacer amistad con ustedes.

—Si me llegó a enterar que me cambias te mato.

—Lo estoy considerando.

—Mejor voy a tu casa y te contagio también.

—No, gracias. Tengo muchas cosas que hacer. —sonrió malévolo—Como sea, ya me voy. Tendré que ir a pie.

—Suerte.

—Gracias. Y espero que se recuperen pronto.

—Ya sé que no puedes vivir sin mi.

—Uy si, eres mi mundo entero —bromeó—Adiós, Isaac. Te iré a visitar luego.

—Adiós —Stiles colgó la llamada y tomó su mochila, agarró sus llaves y salió de su casa.

La mañana era tranquila. El sol apenas empezaba a salir entre las nubes, la brisa del viento y los rayos del Sol eran reconfortantes. Stiles respiró hondo y suspiró. Afortunadamente se sabía el camino de memoria.

Empezó a caminar con tranquilidad, aún estaba muy a tiempo. Algo en su interior le dijo que debía levantarse más temprano porque habría un inconveniente, y vaya que tuvo razón.

Observaba todo a su alrededor. Veía como la gente regaba sus plantas, era la hora perfecta para hacerlo. Algunos niños pequeños jugaban en el jardín, y otros se subían a sus vehículos para irse a la escuela.

Todo iba de maravilla. Hasta que escuchó el ronroneo de un motor aparcarse junto a él. Tocaron el claxón levemente, solo para llamar su atención. Stiles se giró y ladeó la cabeza. Frunció el ceño, y solo se quedó ahí parado.

—¿Quieres que te lleve? —exclamó Derek desde el asiento del piloto para que el castaño pudiera escucharlo.

—No tienes porque molestarte. —siguió caminando, pero Derek empezó a avanzar poco a poco, justo a la par.

—No es molestia. Anda, no seas necio y sube.

Stiles se lo pensó un poco. A pie sería una caminata de treinta minutos, no le molestaría en absoluto. Pero, llegaría más rápido y menos sudado.

—Está bien. —aceptó finalmente.

Derek detuvo su andar y Stiles se acercó al vehículo, abrió la puerta y subió.

—Gracias —se limitó a decir. Derek asintió y siguió con su camino hacia la escuela.

Stiles lo miraba de reojo. Derek tenía puesto unos lentes de sol de color negro oscuro. Le asentaba muy bien a su rostro. Lo hacía ver incluso más guapo todavía. Tenía su típica vestimenta, y su tan amada chaqueta de cuero. Su fragancia era deliciosa. La misma de siempre, la misma desde el día en que lo conoció.

El hilo rojo del destino //Sterek//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora