Capítulo 13

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Narrador omnisciente.

Stiles no paraba de temblar en el rincón de la esquina. Se había alejado lo suficiente para poder sobrellevar la presencia de quien lo estuvo evitando dos meses. ¡Dos malditos meses! Se sentía utilizado, como un objeto que Derek tomó y desechó sin ningún ápice de remordimiento.

Isaac no paraba de mirar a Derek. Esperando la más mínima muestra de querer acercarse a ellos para ponerle un alto. Si bien había aclarado las cosas con su amigo ese día, eso no quitaba el hecho que tenía esa pequeña espina hacia el azabache.

Por otro lado, Liam siempre supo qué pasaría algo entre ellos. Tal vez no fue el modo que se hubiera imaginado, pero ha escuchado muchas veces que del odio al amor, solo hay un paso.

Derek se mantenía ajeno a todo lo que pasaba a su alrededor. No quería mirar lo que los demás chicos hacían con tanta pasión y gusto.

Si tan solo su padre nunca le hubiera reprimido su amor al arte, porqué sí, a Derek le gustaba pintar mucho de pequeño. Le gustaba explotar su creatividad con todo tipo de colores, plumones, pintura y demás cosas. No lo mal interpreten, amaba el fútbol americano, pero el arte, era parte de él.

Pero esa ilusión se vino abajo desde ese día.

"Si tan solo hubiera sido diferente."

Pensó Derek.

"Si tan solo hubiera tenido el apoyo de mi padre, me hubiera metido a este taller por gusto. No que ahora me causa repulsión y mucha melancolía."

Apretó la mandíbula y bajó la mirada. No podía irse de allí, tenía que permanecer todo el tiempo que era requerido, o no le levantarían el castigo.

Miró de reojo como unos chicos pintaban algunas cartulinas en las paredes. Un nudo se hizo en su garganta, recordó el día que su padre le dio la paliza de su vida por haber pintado en las paredes.

Empezó a respirar con rapidez, tenía que irse. No podía estar más aquí. Se levantó como rayo y caminó hacia la puerta.

—¡Señor Hale! ¿A dónde va? —le llamó la atención el maestro.

—Voy al baño.

—Oh, está bien. No tarde. —Derek salió y cerró la puerta.

Stiles lo notó. Vió su inminente cambio de actitud. Ahora, la pregunta era...

¿Debería ir detrás de él?

¿Para qué? ¿Para que te vuelva a humillar? No seas pendejo, Stilinski. Le reprochó su subconsciente.

"Necesita ayuda." Pensó Stiles.

Recuerda lo que te dijo, no te metas en lo que no te importa.

"Esa es la cuestión. Sí me importa."

Se levantó y pidió permiso para ir al baño. El maestro accedió y salió del taller detrás de Derek. Lo primero que hizo es ir al baño.

Y para su buena suerte. Ahí estaba Derek. Estaba recargado en el lavabo, tenía la cara mojada con agua de la llave. No había notado su presencia. Agarró papel y se limpió todo el agua de su rostro. Cerró fuertemente los ojos y sacudió la cabeza.

—¿Derek? —el azabache dió un respingo por el susto. Se volteó y frunció el ceño.

—Idiota, me asustaste.

—¿Estás bien? —ignoró el comentario anterior.

—Sí, ¿por qué preguntas?

—Te vi un poco alterado ese rato.

El hilo rojo del destino //Sterek//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora