Narrador omnisciente.
Stiles se removió incómodo en la cama. El sol se colaba entre las cortinas y era difícil no molestarse por ello. Abrió poco a poco los ojos, viendo borroso al principio pero después adaptándose a la luz.
Sentía que su cabeza explotaría, era como si estuvieran taladrándole desde el interior de la misma. Relamió sus labios. Tenía la boca seca. Se giró a su izquierda y vió que Liam no estaba. Frunció el ceño y se sentó, miró todo a su alrededor. Con apoyo de sus brazos logró sentarse en la orilla de la cama. Miró el suelo y vio a Isaac durmiendo todavía. Estaba hecho un desastre.
Se refregó la cara con la palma de las manos y suspiró.
—¿Qué pasó? —se preguntó así mismo.
Trató de levantarse pero un dolor inmenso en sus caderas y espalda baja hizo que volviera a sentarse.
—Auch. ¿Qué demonios?
¿No te acuerdas de nada? Le habló su subconsciente.
—No.
Déjame ayudarte un poco.
Los recuerdos de la noche anterior llegaron como una ráfaga de viento a su mente. Cuando llegaron. Cuando empezó a beber. Cuando estaba bailando con aquel chico. Cuando Derek lo salvó y lo llevó a una habitación. La pelea. Los besos. Las caricias. Sus gemidos y el choque obsceno de sus pieles. Y finalmente, cuando el azabache se fue sin decir nada. Eso le provocó que la cabeza le doliera aún más.
Eres un completo idiota.
—N-No sé qué me pasó —trató de justificarse.
Sí sabes. Tú lo quisiste.
—Fue el deseo. Me dejé llevar.
Pudiste haberlo evitado.
—Estaba borracho. No pensaba con claridad.
Que estúpida excusa.
—¿Y dónde estabas tú que no lo evitaste?
Disfrutando de la fiesta. Yo también necesito un descanso. ¡Pero ya me di cuenta que no puedo tomarme cinco minutos libres porque cometes una pendejada!
—¡Agghhh! Perdón perdón, fui un imbécil — se agarró la cabeza con ambas manos.
Cualquiera que lo viera ahorita creería que estaba loco. Tenía suerte de estar solo en su batalla interna con su yo racional—bueno, Isaac estaba con él—seguramente inconsciente. ¿Seguía respirando? Stiles se quedó quieto unos segundos temiendo que el rubio haya tenido una sobre dosis y probablemente esté muerto y ni cuenta se hayan dado. Espero unos segundos. Hasta que Isaac soltó un estruendoso ronquido de señor de cincuenta años. Stiles rodó los ojos y río levemente.
Intentó levantarse de nuevo. Esta vez lo consiguió, pero esto le causó aún más dolor en sus caderas. Fue como pudo al baño y se lavó la cara, se miró en el espejo. Su cabello estaba alborotado. Tenía ojeras. Y los labios resecos.
—Te ves de la mierda. —se río de sí mismo al ver su reflejo. Se dió media vuelta y se dispuso a bajar a la cocina. Entró silenciosamente y se sobresaltó al ver a Liam comiendo una taza de cereal.
—¡Stiles! H-Hola —tosió un poco, casi se atraganta con la leche por el susto.
— Buenos días, Liam —río bajito y se sentó enfrente de él.
—Espero que no te moleste que haya entrado a tu cocina sin permiso. La verdad tenía mucha hambre y pensé que...
—No pasa nada, pequeño —Liam se sonrojó por el apodo. Para Stiles, Liam era como el hermano pequeño que nunca tuvo—Además es temprano para el desayuno.
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El hilo rojo del destino //Sterek//
RandomUn hilo invisible al ojo humano conecta a aquellos seres que están destinados a encontrarse, a pesar del tiempo, del lugar, a pesar de las circunstancias. El hilo puede tensarse o enredarse, pero nunca romperse... Derek necesita que alguien le dé o...