XIV

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-Nos conocemos ya tres meses pero no sé nada de tu familia- hablaba Ni-ki comiendo un pedazo de carne.

-Es que tampoco hay mucho que contar- ya no le dolía hablar sobre eso -pero si quieres puedo contarte.

-Claro, quiero saber todo sobre ti.

-Bien... empecemos por...mi mamá, ella era.... bueno, no era perfecta, pero siempre trató de darme lo mejor, aunque algunas veces me regañaba o me culpaba porque papá le hizo daño, yo no puedo odiarla, ella siguió dandome todo el amor que le quedaba, ella estaba tan dañada e intentó darme lo mejor...

Ni-ki solo lo escuchaba pacientemente, atendiendo cada una de sus palabras.

-Ella y yo cocinabamos todos los días, ella vendía pasteles para pagar mi educación, nuestro sueño siempre fue tener un restaurante... pero un día, cuando fue a pedir el dinero de mi mantención a mi papá, él la empujó contra la pared, estaba drogado, lo hizo tan fuerte que le provocó una contución en el cerebro y una enfermedad con un tratamiento tan pero tan caro.

El alfa solo escuchaba, cada una de sus palabras era como una aguja en su corazón, su omega sufrió tanto y aún así tenía la fuerza para seguir sonriendo y su sonrisa era la más hermosa que pudo haber visto en toda su vida.

-Ahí empecé a trabajae vendiendo fotos... justo antes de cumplir 17 años, todo lo hacía por mamá, yo sé que ella hubiera hecho lo mismo por mi... pero murió... dos semanas antes de que yo cumpla 19 años, pero le prometi hacer nuestro sueño realidad, abrir un restaurante con nuestra comida.

-Y... ¿Tu papá?

-En la cárcel, medio año después de que empujara a mamá lo acusaron de cuatro diferentes casos, uno de homicidio, dos de violencia y el otro por consumo de drogas, me manda cartas diciendo que es inocente... pero no le creo... yo fui uno de esos casos de violencia...

-¿Qué es lo que te hizo?

-Él... cuando seguía con mamá y yo tenía siete, fue la primera vez que me hizo un moretón, creí que solo era por impulso, pero volvió a pasar, hasta hacerme heridas y una vez, dos años despues de revelar que soy omega, trató de violarme... pero mamá lo descubrió y se divorció de él, mandó una orden de alejamiento y nunca más me volvió a tocar.

-Oh... Sunoo... lamento tanto que hayas tenido que pasar por todo eso...

-P-pero no soy infeliz ¿sabes? Tengo dos cicatrices que mi padre me dejó, pero conocí personas que sanaron todas esas heridas en mi alma y me demuestran cariño día con día..

-¿Como Jungwon?

-Y como tú- le sonrió, ya habían acabado la comida, así que se paró y ofreció su mano para que Ni-ki se parara -la música es agradable, ¿quieres bailar?

-Sí, bailemos un poco.

La música era lenta y suave, un lento vals que se hacía escuchar en la azotea, encima de ellos estaban las estrellas, brillando tanto como ellos lo hacían juntos.

De pronto la música se hizo más rápida, más movida, ambos sonrieron, el alfa colocó una de sus manos en la cintura del omega y este una de sus manos en el hombro del alfa, sus manos libres se unieron y empezaron a bailar.

-Una vuelta~- el alfa hizo girar al omega, haciendo que la falda que este tenía se eleve un poco.

Sus pasos se coordinaron y empezaron a bailar como dos verdaderos bailarines, el alfa lo levantó por un momento y luego lo devolvio al suelo, miraba la radiante sonrisa del omega al bailar, su cabello girando junto a aquella falda y sus ojos desprendiendo alegría.

Y en un momento la música finalizó, ellos estaban realmente cerca, sus cuerpos pegados y ambos con gigantescas sonrisas en sus rostros.

-Eres muy bueno bailando- habló Ni-ki.

-No más que tu- el omega respiraba rápido, el baile fue movido y alegre.

Sus ojos conectaron, por un momento, se hicieron uno, sintiéndose completos.

Ninguno hablaba, solo sus miradas conectadas, sus manos entrelazadas y las otras en el otro cuerpo.

La luz de las estrellas estaban reflejadas en sus ojos, o talvez solo era el brillo que había por mirar a la persona que les gustaba.

Sus manos se afianzaron aún más, sus rostros acortaban la cercanía, sus ojos se cerraban conforme el tiempo y de apoco ya no había espacio entre ellos.

Sus labios chocaron lentamente, dulce y suavemente, como un pequeño y hermoso baile entre belfos.

El alfa sentía cómo su corazón estallaba de felicidad.

El omega sentía que porfin era feliz, que no había algo que lo perturbe, que era paz infinita.

Las orejas de Ni-ki estaban rojas, sentía tantas cosas por solo un beso, sus negros cabellos se mecían con el viento.

Mientras que el omega sentía sus mejillas calientes, sus pelos rosas eran llevados con el viento, pero no sentía frío en absoluto.

Todo el ambiente era cálido, como una taza de chocolate caliente en un día helado, eso era Ni-ki.

Mi felicidad.
























Cami~

NEED - SunKi ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora