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-¡Esto es delicioso!- Ni-ki comió un pedazo de la lasagna de Sunoo y oh, era lo más delicioso que había comido en su vida.

-¿En verdad te gusta?- Sunoo estaba limpiando los platos y ollas que utilizó para cocinar mientras Ni-ki comía.

-¡Sí!- de pronto se sintió culpable por comer solo -¿Tú no comerás?

-Después de ti- le faltaban algunos platos por lavar.

-Vamos, no comeré hasta que tu también lo hagas- se cruzó de brazos.

-Come tú primero.

-Nop, te estoy esperando.

Sunoo soltó una pequeña risa y dejó los platos a un lado, se  sirvió un trozo de lasagna más pequeño que el de Ni-ki y se sentó en la mesa.

-Bueno, a comer- Sunoo lo miró.

-A comer.

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-Buen trabajo hoy- Ni-ki despedía a Sunoo a las 6 de la tarde -toma, talvez algún día no estoy despierto o talvez salí temprano- le entregó una llave.

-Está bien, te veo mañana- hizo una reverencia -buenas noches.

-Buenas noches...- lo vio alejarse, el aroma del omega estaba en toda su casa, era magnífico.

Comió toda la lasagna restante, se había vuelto su comida favorita solo con probar un bocado.

-Oh, delicioso, realmente delicioso- podría vivir de solo comer eso.

Tenía un toque de.... un toque de nosequé que le encantaba, era como un toque de cariño en la sazón.

Luego al ir a su habitación, esta igual tenía el aroma del omega, pudo dormir con total tranquilidad sin una pesadilla.

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-¿Debería avisarte?- Sunoo miraba un contacto en su teléfono, un amigo con el que no hablaba ya muchos años pero en su tiempo fue su mejor amigo, como hace unos dos años.

Suspiró viendo la hora, eran las 8, aún faltaban dos horas para ir a trabajar.

Dudando mucho sobre su decisión llamó a aquel número.

-¡B-buen día!... ¿Jungwon?

-¡Sunoo!- respondió la voz a través del teléfono.

-Ahm... hace tiempo que no hablamos- le daba muchos nervios hablar con personas.

Jungwon dejó de hablarle de la noche a la mañana, haciéndole creer que se había equivocado en algo.

-Dios, te extrañé tanto, maldito tonto- Jungwon hablaba a través del teléfono.

-¿Ah?

-¡Perdí tu número hace dos años! Me robaron el teléfono y no tenía ninguna referencia de ti, te mudaste y trabajabas en línea, creí que te había perdido- su voz era tan alegre.

-Oh... yo creí que..  ya no importa.

-Ven a mi trabajo, te daré desayuno gratis, vamos- Jungwon trabajaba en un café, él recibía las órdenes de los clientes.

-¿Sigues trabajando ahí?

-Sí, te lo explicaré cuando te vea, vamos, te estaré esperando.

Sunoo sonrió alegre, salió enseguida al encuentro con su antiguo amigo.

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-¡Sunoo!- el nombrado acababa de entrar al café y fue abrazado con violencia por ese chico pelinegro.

-Jungwon- recibió su abrazo correspondiendo enseguida.

Yang Jungwon, omega de 22 años, antiguo compañero de clase de Sunoo, 1,74 de alto

-Te diría que creciste pero sigues igual de chiquito- Jungwon miraba a Sunoo aunque solo era unos centímetros más alto.

-Tengo tanto que contarte..

-Yo igual... pero lo primero, mira- mostró el anillo en su dedo y desabrochó cuatro de los botones de su camisa mostrando una marca no tan reciente en su clavícula.

-¡¿Te casaste?!

-Lo haré- sonrió con alegría.

-¿Quién es?

-¿Quién crees?

-¡¿Es Park?!- Park Jongseong, el tercer novio que Yang había tenido, el último que Sunoo había conocido, al parecer todo fue muy bien en su relación.

-En un año seré "Park Jungwon"- el pelinegro siempre fantaseó con su final de cuento de hadas, y así estaba siendo.

-Yo conseguí otro trabajo- sonrió con orgullo.

-¿En serió?- Jungwon siempre lo apoyó, aún cuando Sunoo lloraba por sentirse tan mal por vender fotos de su cuerpo.

-Sip- sonrió con alegría.

-Bien... ahora ¡¿PORQUÉ NUNCA ME LLAMASTE CUANDO TENÍAS MI NÚMERO?!- lo sacudió frenéticamente.

-Es que creí... que ya no querías hablarme.

-¿Yo? Yo siempre quiero hablarte, gran tonto.

-Lo siento.

-Cállate y siéntate, te traeré un café de moka.





















Cami~

NEED - SunKi ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora