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Los labios de Trece rozan mi cuello hasta mis clavículas, yo aún seguía congelada intentado recuperar ese recuerdo, estoy segura, ya la había escuchado antes pero también me atormentaba recuperar aquello.

No quiero recuperar esas piezas faltantes de mi cabeza.

Siento sus cálidos dedos subir desde mi muslo hasta el nudo de mi traje de baño, mis manos liberan la tela de su camisa y se dirigen a su cuello, él ahoga otro jadeo ronco al sentir mi tacto en su piel cubierta de tinta y cuando su dedo se dirige a mi parte íntima lo alejo causando que se detenga.

—¿Qué fue lo que dijiste?—Titubeo bajo intentando controlar mi agitada voz.

Trece fija sus ojos en los míos, delineo su rojizo rostro y aquellos rellenos labios entre abiertos, parece que se quedó sin palabras.

Deben ser ideas mías.

—Olvídalo.—Murmuro con voz perdida.

Él intenta decir algo pero solo se limita a desviar su mirada, si Trece fuera parte de mi pasado mis padres no hubieran dudado en alejarme de él, para ellos era mejor que estuvieran enterradas esas piezas y quizás también para mi.

Bajo mi mirada a su cuello analizando cómo mi piel pálida resalta entre su tinta, 13, estaba marcado en diferentes partes y tamaños, entre cierro un poco mis ojos al descubrir algo nuevo entre aquellos macabros diseños.

—Daliha.—Pronuncio apenas audible para mi y rozo mi dedo sobre aquel nombre.

Trece se tensa y siento su mirada de nuevo fija en mi, sentía una opresión en mi pecho por aquel nombre femenino, primero aquella frase que dijo él y ahora este nombre.

Era el nombre de mi madre.—Su vacía voz me hace mirarlo, y me sorprendo al no encontrar ninguna expresión en su rostro pero su mirada es tan pérdida y débil.

Es un bonito nombre.—Él parpadea antes de observar con atención mi rostro y veo como su comisura se eleva mostrándome una rota sonrisa.

—Como ella...—Habla entre dientes, su mano cubre mi mejilla y la acaricia con suavidad.—, te persuadí, quería respuestas y me disculpo si no fue la manera.—Lo miro vacilante y su dedo roza mi labio inferior.—No haré lo mismo que hicieron con mi madre, te entregaré al niño y tú decidirás que harás.—Concluye en un tono neutro antes de alejarse, me mira por última vez y se gira para comenzar a caminar.

Sigo sus movimientos con mi mirada e intento controlar el temblor de mis piernas, no entiendo nada, no conozco el pasado de Clapton, nuestro matrimonio fue por conveniencia o eso es de mi parte, pero sentía que su dolor ya lo había conocido antes.

Maldición.

Quería aclarar tantas cosas, pero una gran parte de mí quería que siguieran enterradas, ¿qué tal si todo esto era mi karma?, ¿si mis acciones fueron malas? Y quizás mis padres toman decisiones absurdas para protegerme de ello.

Enloqueceré si sigo pensando en esto.

Mordisqueo mi labio, cruzo mis brazos en mi abdomen, recargo mi nuca en el poste y elevo mi vista al techo del lugar, no los quería de regreso, solo quiero a Tyron y seguir adelante tal cual están las cosas en mi cabeza.

CRUELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora