CRUEL

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—Señora...—Elevo mi vista del plato casi vacío encontrando a Doura en el marco de la entrada al comedor.—, el auto que traerá al joven Tyron llegará al medio día.—Informa en un tono suave, mi expresión sigue en blanco al procesar aquellas palabras y solo asiento por instinto.

Doura me muestra una amable sonrisa antes de retirarse, yo entreabro mis labios y estos tiemblan, es un sueño.

Si lo es jamás quiero despertar.

Llevaba más de media hora almorzando y leyendo mi libro, intentaba calmar mis pensamientos y Trece, ¿realmente tendré su apoyo si dejo este lugar? No me refiero económicamente, si no la seguridad de Tyron y mía.

Nunca me atreví a curiosear sobre sus negocios, tenía que pensar cuidadosamente sobre los pasos que daré de ahora en adelante ahora tengo a Tyron conmigo.

Pensar aquello causaba hormigueos en mi estómago, recuperé a mi pequeño, lo que ni siquiera papá me pudo regresar, lo hizo un completo desconocido y más rápido de lo que imaginé, quizás tuvo algo que ver la visita que le hizo a mi madre.

♠️♦️♠️♦️

Abrazo mi abdomen e intento controlar los nervios de mi cuerpo al ver el carro acercarse a la entrada principal, Doura esta a mi lado dándome algunas miradas curiosas pero nostálgica, realmente no entendía al personal de esta casa.

Algunos murmuraban cuando me miraban pero también eran muy atentos y amables si se me ofrecía algo, era extraño, la mayoría es casi de la misma edad que Doura y otros pocos de la tercera edad, supongo debieron trabajar años en la propiedad y conocieron a los padres de Clapton.

Clavo mis dedos en mi ropa al ver como se estaciona y un hombre de seguridad abre la puerta, primero baja la mujer que al parecer a cuidado de Tyron desde antes y mi piel se eriza al ver bajar al pequeño de cabello rizado.

Él mira con curiosidad el lugar pero también mantenía esa seriedad en su expresión, vestía un cómodo pero elegante vestuario azul oscuro junto unos zapatos deportivos blancos.

—¿Él es?—Miro de reojo al escuchar la vacilante voz de Doura, frunzo un poco mi ceño pero ignoro aquello y regreso mi atención al apuesto niño castaño rojizo.

Cuando los ojos de Tyron me encuentran su expresión se vuelve más seria causando que sienta varias cuchillas clavarse en mi pecho pero me repongo e intento seguir con mi suave sonrisa.

La anciana le dice algo antes de comenzar a caminar ambos a nuestra dirección, y mi cuerpo tiembla al tenerlo a tan solo unos pasos, reacciono y me acerco para colocarme de cuclillas frente a él, ansiosa.

—Hola, cariño.—Mi voz es dulce y temerosa, él solamente me observa.—¿Estás cansado?—Pregunto estirando mi mano a uno de sus rizos pero él retrocede.

—Joven Tyron.—Habla con vergüenza la anciana, mantengo mi postura y sonrisa antes de levantarme.

—Déjalo.—Le digo sin mirarla, él sostiene la falda larga de la mujer y me mira con total desconfianza.

Es cuestión de tiempo.

—Nana, ¿dónde están los abuelos?—Pregunta desviando su mirada a la anciana, ella fija su mirada en mi unos segundos antes de dirigirla al niño.

—Este será su nuevo hogar, joven Tyron.—Responde con voz seria pero delicada.

Yo paso saliva e intento resistir con mi postura, él apreciaba a mis padres, pero tristemente ellos solo buscaban la forma de deshacerse de él.