Julian.
Sigo los pasos de Noah hasta el tercer piso del complejo de apartamentos; por lo visto el edificio no cuenta con ascensor y no puedo imaginar cómo será para Noah subir todos los días estas escaleras, sobre todo ahora con la ligera molestia de su tobillo. Quizás no debí de aceptar la invitación, a lo mejor debí despedirme luego de dejarle aquí y regresar a casa, sin embargo, la calma y tranquilidad que sentí a su lado durante el trayecto era tan grande que me costó abandonar esa sensación.
Desde que mi esposa falleció ha sido todo muy duro, los fantasmas de mi propia culpa me persiguen y no me dejan vivir tranquilo; ni siquiera en el trabajo puedo relajarme por completo, además, la presión de tener la vida de varios marines en mis manos siguiendo mis órdenes tampoco vuelve las tensiones más sencillas. Tuve que aprender a ser padre soltero y criar yo solo a mis hijas y ni siquiera he podido mostrar la verdadera debilidad que siento en mi interior. No obstante, desde que Noah ha llegado a casa todo se ha vuelto más sencillo.
Ver a mis hijas reír el día de hoy cuando entre en el salón fue lo mejor que he experimentado en mucho tiempo, sentí como mi garganta se cerraba de las emociones que reinaban en mi interior y que Noah estuviese causando esa alegría en mis hijas ha sido la gota que derrama el vaso.
Desde que el joven llegó a mi casa con su tierna mirada y su timidez ha puesto todo de cabeza, me ha causado intriga desde que le conocí hasta el punto de conversar con el director de la universidad sobre él. Me sorprende como una persona con una vida tan dura es capaz de sonreír de forma tan sincera y salir hacia delante, siendo tan joven es capaz de soportar tanto sobre sus hombros. No puedo evitar sonreír cuando él está cerca y contagiarme con su alegría.
Al llegar a la tercera planta Noah se detiene frente a una de las puertas del piso y abre, me observa sobre su hombre y noto sus mejillas sonrojadas a pesar de la oscuridad del ambiente.
—Está un poco regado, pero siéntete como en tu casa.
Noah termina de abrir la puerta y presiona un pequeño interruptor que se halla junto a la entrada para encender la luz. La primera idea que tuve sobre este conjunto de apartamentos llega a mi mente, el lugar es verdaderamente pequeño y algunas de las paredes se ven manchadas por el moho en sus esquinas, sin embargo, a pesar de lo que Noah me dijo el sitio no está para nada regado. Siempre imaginé el apartamento de un estudiante universitario con bastante ropa tirada y quizás algunos trastes acumulados en la cocina, un poco estereotipado, pero incluso yo en la universidad no era una estrella del orden. La verdad es que Noah lo tiene todo muy limpio y recogido. La sala es pequeña con un sofá y un pequeño mueble con un televisor. La estancia está compartida con la cocina comedor compuesta por un fogón, una meseta, un refrigerador y una mesa para comer. Hay dos puertas e imagino que una de ellas deba ser una recamara y la otra algún baño.
Debo de admitir que a pesar de lo viejo que es el edificio el lugar es bastante acogedor para un estudiante que vive solo. Me adentro a la casa cerrando la puerta detrás de mí. Noah deja la mochila sobre el sofá y sacando una pequeña hoja de papel de su interior veo que camina hacia el refrigerador y cuelga la hoja bajo uno de los imanes.
Me acerco con curiosidad y abro los ojos sorprendido al darme cuenta que es un dibujo de Amelia y Samanta. Noah parece notar mi curiosidad y me sonríe.
—Me lo hicieron hoy para pedirme perdón, mira. —Señala la única figura de cabellos oscuros en el papel—. Ese soy yo.
—E imagino que el del centro debo ser yo.
Noah asiente y miro el más detenidamente el dibujo.
—Creo que mis nenas se han maravillado contigo—digo medio en broma medio cierto.
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¡Papá Necesita Niñero! [BL]
RomanceEl amor podría llevarlos a la perdición, pero cuando la pasión nace, simplemente no pueden negar el latido de sus corazones.