Julian.
Las palabras de Mariana son como un cubo de agua helada sobre mi cuerpo, tensan todos mis músculos y provocan que mis sentidos se nublen y tan solo siento aturdimiento a mi alrededor. Es increíble como apenas hace unos instantes me sentía sumergido en una felicidad extrema con Noah a mi lado a punto de besarme y, sin embargo, ahora, es como abrir la puerta que te lleva directo al infierno mientras los demonios llenan tu espalda de dolorosos latigazos.
Abro el papel con manos un poco temblorosas, soy consciente de que mi rostro debe de haber perdido todo el color, siento el sudor frío descender por mi cuerpo a medida que mis ojos se pasean por las letras impresas sobre la hoja en blanco. Efectivamente, Mariana a pedido la custodia de las niñas y me obliga a enfrentarme a un juicio por ella. Según sus alegatos no cuido a mis hijas lo suficiente, sin embargo, todo mi temor se transforma en ira cuando veo como las palabras "abuso", "maltrato" y "perversión" en la orden.
― ¿Qué mierda significa esto Mariana? ―Las palabras salen casi como un rugido de mis labios―. Sabes que nunca les haría daño a mis niñas.
La sonrisa de la mujer delante de mi es casi repugnante, puedo sentir la mano de Noah sosteniendo mi brazo como una muestra de apoyo y, en estos momentos lo agradezco. No puedo dejar que la ira y el enojo nuble mi juicio, menos con esta mujer aprovechándose hasta el último instante de ello. Arrugo el papel casi por completo en mis manos, debí saber que Mariana sería capaz de algo así.
―Yo no sé nada Julian. ―La sonrisa de sus labios evidencia cuanto miente―. Solo sé cómo cada vez que tú sales el hombre que cuida a tus hijas y, dicho sea de paso, es tu pareja, toca a las niñas de formas muy inapropiadas, también ustedes dos hacen cosas inapropiadas delante de las niñas.
El enojo estalla en mi interior y puedo sentir las manos de Noah tensarse aún más sobre mi cuerpo, giro mi mirada solo por unos segundos y puedo notar como mi pequeño gatito tiene sus ojos abiertos de par en par y sus labios tan blancos como el papel que estoy sosteniendo entre mis manos. Puedo notar la lucha de emociones reinante en él, puedo notar su ansiedad, su ira, su desconcierto, pero, sobre todo, puedo percibir su miedo.
―Julian yo… ―Comienza a susurrar Noah y puedo percibir el pequeño temblor en su voz, como si hubiese la posibilidad de que yo creyese alguna de las palabras que está diciendo Mariana.
Sostengo su mano con fuerza entre las mías y niego mi cabeza con suavidad en su dirección, jamás podría pensar que Noah realiza algunas de las cosas de las que mi ex suegra le acusa.
―No sé porque haces esto Mariana, pero es mentira, nadie va a creerte. Sí, Noah es mi pareja, pero sé muy bien que no les ha hecho daño a mis hijas y tampoco hemos realizado nada indebido delante de las niñas; todo lo contrario, ellas quieren a Noah y deberías estar feliz de que alguien como él las cuide y las proteja. Las niñas nunca dirán que Noah les ha hecho daño.
Mariana vuelve a sonreír y casi puedo jurar que las náuseas se apoderan de todo mi cuerpo. La mujer está llena de odio y resentimiento y, por algún motivo, yo soy el objetivo de su furia.
―Son niñas Julian; aunque las investiguen con psicólogos ya quedará sembrada la duda en el tribunal. ―Metió la mano en su bolso y sacó un segundo sobre repleto de fotografías de Noah y yo besándonos o tomados de las manos, delante de mi casa, en la playa, frente a su universidad…en todos sitios en los que hemos estado juntos, incluso hay algunas de Noah solamente cargando a las niñas y durmiéndolas o acompañándolas a su habitación; es escalofriante y repugnante en partes iguales ver como en todos esos instantes en los que pensamos que contábamos con privacidad hemos sido expiados con fines tan bajos y horribles―. No solo te quitarán a la niña Julian, te retirarás de la marina con la deshonra de ser un hombre gay y lo que es más divertido. ―Su mirada viaja a Noah y no puedo evitar pararme delante de él de forma protectora―. Tu chico quizás podría ser expulsado de la universidad por pedofilia, sabes que es un tema muy sensible en nuestro país, es una pena…tener una mancha de ese nivel en la vida siendo tan joven.
El horror me invade, no me preocupa lo del retiro dado que de todos modos había decidido aceptar mi relación con Noah sin importarme a quien le molestase, sin embargo, el futuro de Noah es algo con lo que no estoy dispuesto a jugar.
― ¡Vieja bruja! ―chilla Alexander a mis espaldas y puedo notar como Cameron le sostiene para impedir que avance. No puedo culpar al chico por los deseos de lanzarse sobre Mariana, a mí mismo me está costando contenerme demasiado.
―No serías capaz de inventar estas idioteces.
―Ponme a prueba. ―Mi vacilación momentánea la hace sonreír y se gira hacia la salida no sin antes dirigirme una última mirada―. Quiero que rompan antes del juicio, si lo hacen solo pelearé por la custodia de mis nietas, pero si se mantienen juntos acusaré a Noah de aprovecharse de Amelia y Samanta.
No siquiera espera mi respuesta, sus palabras me han dejado en el shock suficiente como para no reaccionar en el tiempo que ella sale. La mano de Noah se resbala de las mías y puedo notar como camina hasta quedar parado frente a mí.
―Julian cariño mírame…
Pero no soy capaz de hacerlo, en lugar de ello observo a Cameron y le ruego con la mirada que nos deje solos a Noah y a mí por unos instantes; mi compañero de trabajo parece entender la indirecta y casi que arrastra a Alexander fuera de la casa, cosa que no es demasiado complicado dado que este último continúa farfullando horrores sobre Mariana. Cuando por fin estamos solos paso mis manos por mis cabellos de manera nerviosa, dejo que mis dedos se enreden entre las hebras, aun no puedo creer lo que está sucediendo. ¿En qué momento mi vida se complicó tanto y el destino tomó la opción de quitarme las pocas cosas que me vuelven feliz?
No puedo hablar de la conmoción y jalo mis cabellos con fuerza, solo me detengo en el instante en que siento las manos de Noah sosteniendo las mías, le miro directo a los ojos y veo las lágrimas nublarle la vista. Odio verlo llorar, es como una puñalada en mis entrañas.
―No pienso irme a ningún lugar, ni siquiera se te ocurra pedirlo. ―La decisión en su voz y su negativa a abandonarme provoca que todo se vuelva más difícil.
―No puedo condenarte de esa manera. ―Conociendo a Mariana sí lo va a incriminar sin dudarlo dos veces y la pedofilia es un delito bastante grabe, incluso aunque se le declare inocente todo el proceso de investigación sería largo y podría dejar grandes secuelas en su vida.
―No puedes dejarme, eso es lo que ella quiere.
― ¡Y crees que quiero dejarte! ¡¿En verdad piensas que es fácil para mi alejarme de ti?! Eres lo mejor que me ha pasado en mi vida hace mucho tiempo. Te juro que te has convertido en el aire que necesito para respirar, me importa una mierda el retiro de la vida militar, me importa una mierda lo que piensen de mí, pero no puedo dejar que te suceda nada.
―Dijiste que me querías.
―Y exactamente por eso es que tengo tanto miedo de que salgas lastimado.
Al final no puedo contenerme más y las lágrimas comienzan a bajar por mis mejillas. No quiero perder a mis hijas ni a Noah, quiero una familia, los quiero a ellos de familia. Noah no duda ni dos segundos y antes de darme cuenta lo tengo saltando sobre mí envolviendo sus piernas alrededor de mi cintura, sus manos sosteniendo mi cuello y sus labios pegados a los míos con una hambrienta necesidad. No me hago de rogar, no puedo, tampoco tengo valor para apartarle a pesar de mis palabras. La verdad es que he llegado a depender de Noah de una manera tan profunda que da miedo, siento que mi equilibrio mental puede romperse por completo si no lo tengo conmigo.
―No quiero perderte gatito―sollozo contra sus labios.
―Entonces no la dejemos ganar.
―Va a dañarte…
Noah vuelve a besarme sin dejarme hablar.
―Solo quiero que confíes en mí Julian, tengo una idea, pero, para eso…vamos a romper…
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¡Papá Necesita Niñero! [BL]
RomanceEl amor podría llevarlos a la perdición, pero cuando la pasión nace, simplemente no pueden negar el latido de sus corazones.