Capítulo 22

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Julian.

Alzo la mirada hacia la mesa enfrente de mí, puede que el rostro de Mariana refleje la preocupación y cariño de una abuela que solo anhela lo mejor para sus nietas, sin embargo, el brillo en sus ojos demuestra la cruel verdad, la burla que habita en ellos revela que me tiene donde quería, en plena sala de juicio y sin demasiadas posibilidades de salir victorioso de esta.

Han pasado dos semanas en las que se han realizado algunas sesiones del juicio, entrevista con los abogados y que una psicóloga conversara con las niñas para ver cómo se encontraban y, aunque esto último salió a pedir de boca y demostró que mis hijas estaban en perfecto estado físico y psicológico, continuaban siendo unas niñas…sus palabras ayudaban al juez a decidirse, pero no eran sinónimo de victoria…después de todo solo son dos pequeñas que no ven el mundo de la misma manera en que lo ve un adulto.

El asco se forma en mi estómago y siento la bilis subir con mi garganta ante los sucesos recientes; ¿cómo alguien puede pensar siquiera que deseo lo peor para mis propias hijas?, ¿cómo se puede pensar que las maltrataría o las haría sufrir luego de que perdieron a su madre?, he hecho todo lo que está en mis manos para cuidarlas y aun así continúan diciéndome que no ha sido suficiente…la impotencia que me recorre es horrible.

Al menos Mariana ha mantenido su palabra y no ha implicado a Noah en nada de esto luego de nuestra ruptura, tampoco lo ha acusado de abuso con las niñas.

«Noah». Solo el hecho de pensar su nombre duele. No lo he visto ni hablado con él desde el día que me dejó solo con la promesa de que confiara en él. Sé que está bien por las cosas que Cameron me ha dicho, sin embargo, lo extraño y lo necesito conmigo más que nunca, necesito su apoyo y que crea en mí.

Parpadeo unos segundos para evitar estos pensamientos, no puedo auto destruirme de esta manera. No ahora al menos. He soportado demasiados sucesos en los últimos días y si antes apreciaba el amor de mis hijas y la compañía de Noah ahora ambas sensaciones se han vuelto más valiosas. Cuando salga de aquí me juro a mí mismo que realizaré largos paseos en la playa con las niñas, que las llevaré siempre a dormir y les haré cuentos, apreciaré la compañía de Noah sin importarme que estemos en público porque, ¡joder!, haré lo que sea para recuperarle como mi pareja.

Abandono mis pensamientos cuando noto que el juez vuelve a entrar en la sala, miro al frente y Mariana vuelve a transformarse en la indefensa abuela que solo se preocupa por sus nietas, a veces me pregunto si algo de ese afligimiento es real. Nuestros abogados toman asiento junto a nosotros revisando sus notas por centésima vez en la sesión. Solo estamos acompañados por ellos, el juez y par de personas más en la sala sin contar a algunos testigos que vienen al ser llamados. Gracias a Dios he contado con buenos amigos como Alba y Cameron que no han dudado ni un instante en defenderme, incluso mi jefe de la marina ha hablado a mi favor, sin embargo, Mariana también ha venido preparada.

La muy bruja ha traído antiguas niñeras de las niñas como testigos, estoy seguro que les ha pagado más que suficiente para que se inventasen las tontas historias que narraron sobre mis supuestos problemas de ira y como Amelia y Samanta suelen ponerse nerviosas y temerosas a mi alrededor.
El juez carraspea y mis divagaciones llegan a su fin por segunda vez. Me sorprendo yo mismo cuando escucho a mi abogado hablar.

—Me gustaría que el señor juez permitiese la participación de dos nuevos testigos en la sala.

Por la sorpresa en los ojos de todos deduzco que mi abogado era la única persona que poseía esta información.

—¡Objeción! —exclama el defensor de Mariana, evidentemente el hombre mantiene su profesionalidad a pesar de la sorpresa—. Los testigos no han sido incluidos en el caso, pido que se niegue la demanda.

¡Papá Necesita Niñero! [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora