Capítulo 9

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Noah.

La noche pasada terminó con los mismos resultados que la vez que Julian estuvo en mi casa, no logré pegar ojo durante horas. No dejo de preguntarme que hubiese sucedido de no ser por el petardo molesto de Alexander; en cuanto subí a mi apartamento, con mis piernas temblando debido a la tensión, mi amigo no dejó de pedirme disculpas miles de veces a la par que realizaba un interrogatorio sobre los sucesos que ocurrieron esa tarde en la playa. Alexander no paró de reír cuando le narré que Julian había preguntado si yo era pareja suya. Era bueno que por lo menos alguien encontrase la situación divertida cuando yo aún estoy intentando recordar cómo se respira.

Sin embargo, a pesar de las burlas y las bromas, pasé gran parte de la noche ignorando las palabras de mi amigo; no dejaba de pensar en la cercanía del hombre rubio y como su aliento se sentía sobre la piel de mi mejilla. Esta mañana cuando llegué a cuidar a las niñas agradecí que Julian ya se hubiese ido al trabajo, no estaba seguro de con qué cara mirarle o cómo enfrentarle. Un lado de mi cabeza sigue diciendo que esto está mal, que es prohibido para mí, aun así, no es mentira cuando dicen que lo prohibido posee un encanto único que lo vuelve más deseable.

Quizás lo mejor es retomar mi idea de dejar este trabajo y alejarme de Julian, por otra parte, cuando sentí el abrazo de Amelia y Samanta me percaté que no me marcharía a ningún sitio, me he encariñado demasiado a ellas. Puede decirse que ambas han rellenado el espacio en mí que añoraba algo parecido a una familia completa.

Pasamos toda la mañana jugando a las escondidas dentro de la propia casa y viendo algunos animados en la TV, es divertido como no se notaba si lo disfrutaban más las niñas o yo. Luego de un exquisito almuerzo que Alba nos preparó entre todos le ayudamos a fregar, la mujer estaba muy sorprendida, pues, por lo visto, ninguna de las pequeñas había ayudado en tareas del hogar. Puede que sean pequeñas, pero considero que no le vendría mal aprender los valores de ayudar desde temprana edad.

Una vez que retornamos a observar los animados no pasó demasiado tiempo que Amelia y Samanta se quedaron dormidas. Alba me ayudó a llevarlas a su habitación y arroparlas en la cama, aun debían faltar unas pocas horas para que Julian regresara a casa. Ante este pensamiento no pude evitar que mi corazón comenzara a latir nervioso y para evitarlo intenté ponerme a estudiar lo que no conseguí memorizar la noche anterior por pensar en el casi beso que compartimos el militar y yo.

Consigo adelantar un buen número de tareas cuando siento que tocan a la puerta de la casa. Por unos instantes pienso que se trata de Julian, pero rápidamente caigo en cuenta de que él nunca toca, después de todo es el dueño de la casa. Camino hacia la entrada curioso, a lo mejor fuese alguien equivocado.

Cuando abro la puerta mis ojos chocan con los de una mujer de cabellos rubios demasiado dorados chillones como para ser un color natural. Debo alzar la mirada para observarla debido a los altos tacones que utiliza, sin embargo, imagino que con la ausencia de estos la señora debe ser casi de mi estatura. Viste con una falda y un saco de traje elegante, sus ojos están cubiertos por unas gafas de marcas, posee la figura de una persona que ama cuidar su imagen y protege mucho su régimen.

—Buenas tardes, ¿puedo ayudarla en algo?

Intento que mis palabras suenen lo más educadas posibles, pero cuando la mujer baja sus gafas por el tabique de su nariz para echarme una mirada de arriba debajo de forma evaluativa y despectiva comprendo que diga lo que diga no voy a agradarle.

—Cada día Julian tiene personas más falta de educación, me gustaría ver a mis nietas, así que con permiso.

Ante sus nuevas palabras alzo las cejas a modo de comprensión, esta mujer es la abuela de Amelia y Samanta; la misma mujer que cada vez que es mencionada en una conversación Julian frunce el ceño con desagrado y creo que comienzo a adivinar el porqué de esa reacción. Cuando la mujer da un paso hacia adelante para adentrarse en la casa cierro un poco más la puerta y bloqueo su paso.

¡Papá Necesita Niñero! [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora