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Caminó con calma hasta los árboles hasta perderse en la oscuridad del bosque, ese momento lo aproveche para correr a mi auto.

Maldita sea, Ivy, debes estar loca como para estar aquí, parada con un extraño.

Llegué a mi auto y con nervios, busqué las llaves en mis bolsillos.

-Alto -dijo una voz detrás de mi que me hizo girarme de golpe y chocar mi espalda contra mi auto -no te vayas -dijo el chico

-Me tengo que ir, tengo prisa

-Claro que no

-Claro que sí, debo... -sentí como mi corazón casi lo vomitaba cuando de repente puso su mano en mi boca y con un dedo en sus labios me indico que guardara silencio. Estaba tan asustada que no escuchaba nada más que no fueran los latidos de mi corazón latiéndome en los oídos

-No podemos hablar aquí, alguien podría escucharnos

Tomó mis llaves de mis manos y abrió la puerta del piloto.

-Entra

No dije nada y entré a mi auto como él me lo había ordenado, mientras cerraba la puerta y caminaba para entrar en la parte de atrás.

-Vamos a la ciudad -dijo como si de mi amigo se tratara

-Por favor, déjame ir y te juro que no diré nada

El chico pasó del asiento de atrás hacia el asiento del copiloto.

-¿De qué estas hablando? -ladeó la cabeza un poco

-Yo no tengo dinero y nada valioso que puedas quitarme

-No quiero nada de eso -sonrió como si le estuviera contando un chiste

-Entonces ¿Me dejaras ir?

-No

-Pero si no tengo nada de valor, solo te meterás en problemas por nada

-Tu eres de valor

-¿Ah?

-Necesito que me ayudes con una cosa

-¿Qué cosa?

Me miró con dulzura y al mismo tiempo divertido.

Era un chico... apuesto, pero era loco decir en este momento que un chico que me había secuestrado era lindo, pero lo era.

-Primero, tenemos que salir de aquí por el momento

Fuera un secuestro o no, no quiero morir en medio de la nada, donde ni mis gritos podrán ser escuchados por nadie así que no necesitó repetírmelo de nuevo, encendí el motor del auto y condije hasta la ciudad.

En el camino, el chico iba mirando el interior de mi auto como si jamás hubiera estado antes en uno, abría la guantera, bajaba y subía la ventana, le movía un poco a los botones del tablero y se asombro con cada cosa que ocasionaban los botones que tocaba. No dije nada, prefiero que se entretenga con eso a que piense en cómo me matará.

Era tarde para cuando llegamos a la ciudad, así que pocos autos andaban de un lado al otro aún, ya no había personas caminando por las calles y eso limitaba mis posibilidades de que alguien acudiera a mi ayuda rápidamente.

-¿Y ahora qué? -pregunté algo nerviosa

-Necesito que me ayudes con algo -repitió

-¿Con qué?

-Necesito que me acompañes a un lugar

-¿Qué lugar?

-Uno lejos, aun necesito conseguir unas cosas, te veré mañana, pero tienes que venir conmigo

-¿Y si no quiero? -lo miré por fin

-Lo siento, pero tienes que venir conmigo, quieras o no, eres mi última opción

-¿Opción de qué?

Sus ojos eran lindos, así que no pude apartar la mirada de ellos.

-Mañana lo sabrás -intento abrir la puerta, pero mis manos se adelantaron y lo tomaron del brazo

-¿Mañana? ¿Por qué no me lo dices ahora? No puedes irte sin decirme a dónde quieres que vaya contigo

Me quedé callada al darme cuenta de lo que había dicho y del hecho de que yo misma lo estaba deteniendo para que no se fuera.

-¿No eras tu la que quería que me fuera? -sonrió divertido

-Sí... -lo solté -pero... tienes... que explicarme de qué me estas hablando

-No cabe duda de que eres la persona perfecta, curiosa, eso me gusta

-¿Perfecta para qué?

-No te preocupes, solo ve a casa y descansa un poco -en un gesto, acaricio mi cabeza suavemente mientras sonreía -nos vemos después

Salió de mi auto y caminó un poco. Pensé en alcanzarlo y por eso quité las llaves y abrí la puerta, pero cuando volví a mirar a la calle por donde él se había ido, ya no había nadie, había desaparecido.

Ivy ¿Qué te sucede?

¿Me estaba volviendo loca? ¿Estaba alucinando? ¿Estaba tan cansada? ¿En serio estaba embrujada la carretera y yo había sido una nueva víctima? ¿Fumé algo y no me di cuenta?

Eran tantas preguntas rondando por mi cabeza y no encontraría las respuestas necesarias en una calle desolada donde ni quiera había alguien a quien pudiera preguntarle si me habían visto hablar hace un momento con un chico en mi auto.

Una vez en casa me sentía un poco extraña, me sentía observada, así que todos mis movimientos los hacia sin bajar la guardia en cualquier momento, me puse mi pijama y antes de meterme a la cama, cerré mi puerta de la habitación con llave y puse una silla, cerré las ventas y puse cosas que pudieran caerse en caso de que alguien las abriera, para que yo pudiera despertar y defenderme, cerré la puerta de mi baño, dejé unos tenis preparados en caso de que debiera salir corriendo y dejé un cuchillo de cocina en mi mesa de noche. No quería dormir, pero estaba cansada y terminé por quedarme profundamente dormida.

Desperté de un salto al tener una pesadilla de lo que había pasado en la carretera, solo que más catastrófica a lo que realmente pasó. Mi corazón estaba acelerado, miré por todos lados paranoica, pero todo parecía en orden, tal cual lo había dejado en la noche antes de irme a dormir.

Estas loca, Ivy

Salí de mi cama y me fui al baño para darme una ducha y tratar de que mi cabeza volviera en sí.

Hoy era fin de semana, así que me desperté sin estar a la carrera, puse un poco de música y para cuando salí de la ducha, busqué en mis cajones una pijama limpia para ponerme, fui a la cocina a prepararme algo de desayunar y me senté en el sofá a mirar la televisión. 

Los hijos de la línea 26 (ParkJimin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora