Jimin llevaba la mochila en la espalda, así que caminé detrás de él para sacar mi celular de uno de los bolsillos. El profesor le dio la vuelta a la mesa tan rápido como pudo en cuanto vio que saqué ese misterioso objeto para poderlo ver mejor.
-¿Qué cosas es eso? -preguntó
-Es un celular, es un objeto que me ayuda a comunicarme con las personas, un teléfono
-Esa pequeña cosita ¿Es un teléfono?
Claro que era sorprendente, supongo que aquí hay teléfonos por el simple hecho de que entendió a lo que me refería, pero si las cosas son un poco iguales a mi mundo, los teléfonos aquí son grandes cajas de madera pegadas a la pared con un disco en medio.
Los dos me miraban con atención mientras yo lo prendía.
La pantalla se encendió minutos después dándome la típica pantalla de principio donde mi fondo era de Sailor Moon.
Los dos se pusieron uno a cada lado mío para ver lo que hacía con él.
-Prácticamente puedes hacer de todo con esto
-¿Cómo qué? -preguntó el profesor de inmediato
-Hacer llamadas, hacer video llamadas...
-¿Video llamadas?
-Aja, es una llamada, pero viendo a la persona
-Fascinante
-Buscar información, tomar fotografías, videos, ver la hora, calculadora, juegos, aplicaciones de todo tipo, mensajes instantáneos... eso solo algo de lo que puedes hacer -se lo entregué
Él lo tomó entre sus manos con cuidado, mirándolo por todos lados e interactuando con la pantalla.
-Esto es realmente... fascinante
-¿Ahora me cree de que vengo de esa tercera dimensión?
Dejó de mirar mi teléfono para mirarnos a nosotros.
-Jamás se ha encontrado una tercera dimensión
-La hay, las brujas de ramas nos lo dijeron -dijo Jimin -en cada línea hay tres dimensiones, la de ella es la primera, esta es la segunda y la mía es la tercera
Se quedó en silencio mirando mi teléfono aún y después de un momento miró el reloj circulas que había pegado en una de las paredes del lugar.
-Ahora mismo tengo clase -me entregó mi teléfono -pero espérenme aquí a que termine ¿Okey? En cuanto vuelva, hablaremos del tema
-¿Cuánto tarda su clase? -pregunté
-Una hora y media ¿Pueden esperarme?
-Claro, lo esperaremos, tómese su tiempo
-Bien
Tomó sus cosas, su sacó gris, un maletín negro y un libro que había sobre la mesa nos dio una ultima mirada y salió del salón.
-¿Lo conseguimos? -preguntó Jimin
-Por lo menos le dimos la suficiente curiosidad como para que vuelva después de la clase -suspiré un poco y miré a Jimin -tenemos una hora y media para hacer lo que queramos ¿Deberíamos dar un paseo por la universidad?
-Suena bien
-Vamos
Y eso fue lo que hicimos por el resto del tiempo que tuvimos en lo que el profesor salía de su clase. Los dos juntos le dimos un recorrido a la universidad, viendo la biblioteca, los jardines, los pasillos, todo lo que pudiéramos ver por el tiempo en que el profesor estuvo en clase, incluso nos sentamos un momento en la misma banca en la que yo me senté la primera vez que vine y comimos unos bocadillos que traíamos.
Cuando regresamos al salón del profeso, él llego cuestión de segundo después que nosotros.
-Ahora, explíquenme eso de que existen tres dimensiones en una línea
Y ese fue el momento en que Jimin y yo comenzamos con toda la explicación de la historia, desde cómo la dimensión de él se dobló, el cómo logró llegar a la mía y cómo me encontró, cómo llegué aquí y también le explicamos lo que él tenía que hacer, cuál era su papel en todo esto, además de que contestamos las preguntas que tenía. Si pensé que yo hice muchas preguntas, este hombre hizo aún más.
Todo esto nos tomó toda la tarde hasta que se hizo de noche.
-Es oes todo –dije al final un poco cansada de tanto hablar y tomando del vaso con agua que él nos había ofrecido hace tiempo
-Es... increíble, es un nuevo descubrimiento que cambiara la ciencia por completo
-Sí, lo sé, también cambia por completo la ciencia en mi mundo
Se quedó mirando a la nada por un momento, supongo que asemejando la información.
-Entonces ahora ¿Tengo que ir con ustedes?
-Sí –dijo Jimin –por un tiempo me temo que no podrás regresar a casa
-¿Cuándo tenemos que irnos?
-Preferentemente lo más pronto posible –dije
Miré a Jimin y él me regresó la mirada, el profesor estaba aceptando ir con nosotros.
-Entiendo, entiendo
Se levantó de su asiento y movió algunas cosas de todo lo que tenía, guardo algunas en su maletín, sacó otras, acomodo, movió de lugar y al final, cerró su maletín y nos miró.
-Primero tengo que ir a casa por unas cosas
-D-De acuerdo –dije levantándome de mi asiento
Era genial, el hombre había aceptado.
Los tres salimos del lugar, atravesamos el jardín y llegamos hasta una especie de estacionamiento donde había demasiados autos demasiado raros. El hombre entró en uno y nos miró esperando que entráramos también.
-¿En tu mundo no hay autos?
-Claro que los hay, solo que... estos son modelos antiguos, piezas de museo, por eso me sorprendió verlos
-¿En serio? Increíble –miró su auto y me miró a mí de nuevo –hay demasiadas cosas que quiero que me expliques sobre tu mundo
-Lo haré
Los tres subimos a su auto, Jimin en la parte de atrás, él de piloto y yo a un lado suyo.
-Por cierto –habló sin dejar de mirar el camino -¿Cómo se llaman?
-Bueno, él ya lo dijo, es Jimin y yo me llamo Ivy, un placer –sonreí
-Un placer –él también sonrió –me llamo Lucius Morris
Al parecer vivía más lejos de lo que esperaba porque el camino fue largo, incluso salimos un momento de la ciudad y fuimos por un camino de tierra con campos verdes a los lados, hasta que a lo lejos empezamos a ver... velas, velas como si fueran barcos, pero en una forma extraña.
Conforme nos acercábamos,pude darme cuenta de que era una pequeña casa a las orillas de un acantilado.
ESTÁS LEYENDO
Los hijos de la línea 26 (ParkJimin)
Novela JuvenilUna noche oscura, una luna llena, una carretera solitaria y famosa por las apariciones que suelen suceder, tan extraños como un muchacho sentado en medio de la carretera, sobre un banco de madera mientras disfruta de un tazón de sopa. ¿Te detendría...