Los hijos de la línea 26 (ParkJimin)

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-Estás enamorado –sonrió

-¿Lo estoy? –lo miré

-¿Lo dudas?

-N-No... solo... no creía que alguien más lo notaría

-¿Bromeas? –volvió a sonreír –todo tu, eres amor por ella, claro que si llegas a contarle esta historia deberías evitar mencionar que la seguiste por 5 meses y que entraste a su casa cuando ella no estaba

-¿Por qué?

-Eso es aterrador, pero todo lo demás, la historia de que ella es linda, está bien

Yo no había pensado que seguirla por todo ese tiempo y haber entrado a su casa cuando ella estaba fuera, era aterrador, yo solo quería conocerla un poco más.

-Entonces ¿Por eso aceptaste que Louis investigara?

-...Sí

-Quieres ir con ella ¿No?

-...Sí

Dejó de mirarme y suspiró.

-Espero que se pueda lograr que los dos puedan estar juntos –volvió a mirarme –¿Le has dicho a ella como te sientes?

-No

-Pues te sugiero que lo hagas en cuanto despierte porque el tiempo pasa muy rápido y aunque yo quisiera que ustedes se queden juntos, realmente no lo sabemos, así que su tiempo es más limitado, deberían aprovecharlo

-Lo sé –miré a Ivy

Sé que tenemos poco tiempo, de también sé que pase lo que pase, yo estaré con ella al final.

Por el día, no despertaron, todos tuvimos que dormir en la sala, menos Louis, él tenía otra habitación, pero todos nosotros sí lo hicimos.

Solo hasta la mañana siguiente ellos despertaron.

Ivy

No quería despertarme, pero tenía que hacerlo, el viaje tenía que ser hoy y no sé qué tan tarde es, siento como si hubiera dormido mucho tiempo así que seguramente, ya es tarde y se supone que saldríamos temprano por la mañana.

Terminé por obligarme a despertar, solo para darme cuenta de que no estaba en la casa de Jimin, por un momento pensé que estaba en mi habitación, pero definitivamente esta no era mi habitación.

Miré a mi lado para darme cuenta de que Lucius dormía junto a mí.

-Lucius –hablé en su susurro moviéndolo a él del brazo –Lucius –lo hice un poco más fuerte

-¿Qué? –preguntó con una voz ronca y los ojos aún cerrados

-Despierta

-Mmm –se quejo

-Dios, Lucius solo habré los ojos

Me hizo caso y cuando abrió los ojos quiso decir algo, pero me adelante a cubrirle la boca.

-No grites –susurré y el aceptó con la cabeza así que quité la mano de su boca

-¿Dónde estamos?

-No lo sé, acabo de despertar

Me levanté de la cama con cuidado, llevaba mi pijama pero a los pies de la cama estaba la mochila que había preparado para el viaje al igual que la de Lucius.

Los dos nos acercamos a la puerta y pegamos la oreja a ella para tratar de escuchar algo.

-Voces –dijo él

-¿Masculinas?

-Sí

-Arthur –dije sorprendida

-También... la Jefa Luna

No sabía en qué situación nos encontrábamos, pero viendo que nos habían dormido, traído a un lugar lejos de la aldea y nos tenían a los dos en una habitación, lo primero que se me ocurrió era que nos habían secuestrado, así que antes de abrir la puerta, camine a la mesa de noche para tomar la lámpara que había sobre ella.

-¿Qué haces? –preguntó él al verme tomarla

-Consiguiendo algo para defenderme

-¿Defenderte?

-Todo esto –señale la habitación con mis manos -¿No se te hace extraño?

-Bueno... -miró la habitación -...un poco

-No sé tú, pero, yo pienso en un secuestro

-...Tienes razón

Él también tomó la otra lámpara de la otra mesa de noche y entre los dos, nos acercamos a la puerta.

-Uno... -conté –dos... tres

Abrí la puerta con cuidado y los dos asomamos la cabeza, se seguían escuchando las voces de la Jefa Luna y de Arthur, pero había un hombre más.

-La Jefa Luna es la más débil –dije –ataquemos primero a Arthur, después al otro hombre y al último a ella

-De acuerdo

-¿Listo?

-Sí –tomó con más fuerza la lámpara –listo

-Vamos

Terminé de abrir la puerta los dos salimos rápidamente, con las lámparas listas para golpearlos a todos, pero me detuve al igual que él al verlos a todos sentados en la mesa del comedor y entre ellos a Jimin.

-Ivy –se levantó de la mesa -¿Qué hacen?

-Nosotros... -bajé la lámpara y Lucius igual

-¿Edric? –preguntó él al ver a su hermano entre los sentados

-Hola –sonrió él

-¿Por qué llevan esas lámparas? –preguntó el hombre desconocido

-Bueno, era para golpearlos –dije

-¿Golpearnos? –preguntó Jimin -¿Por qué?

-Bueno, cuando cerré los ojos estaba ante una fogata y una sacerdotisa, pero los abrí y sorpresa, estaba en una habitación desconocida, con mi pijama puesta, con Lucius en la misma habitación y voces afuera, pensé que alguien malo nos había secuestrado

-Sobre eso... -la Jefa Luna se levantó de la mesa –se los explicaremos, pero primero ¿Pueden darme eso?

Los dos entregamos las lámparas y nos invitaron a sentarnos al comedor para explicarnos cómo habíamos llegado aquí. 

-Entonces ¿Usted nos trajo aquí? –preguntó Lucius

-Lo siento –la Jefa Luna parecía apenada –no fue mi intención lastimarlos nunca, solo... la idea de regresar a Pithra... no quiero hacerlo, la vida es mejor aquí

-Si nos hubiera hablado de eso desde el principio ¿No cree que hubiera sido más fácil? –pregunté un tanto enojada

-Es solo que... todos estaban tan emocionados de regresas, que pensé que no me harían caso

No dije nada, tal vez tenía razón, todo ellos anhelan regresar a su dimensión que tal vez si ella hubiera hablado sobre sus deseos de no regresar, nadie le hubiera hecho caso.

-Como sea –dije -¿Ahora qué?

-Quiero iniciar una investigación sobre las dimensiones –dijo el hombre con el cual ya nos habían presentado, Louis –y creo que sería más rápido si Sir Morris me ayuda

-¿Yo? –se señaló a si mismo Lucius

-Sí, sé que es un profesor de ciencias, con la suficiente capacidad como para ayudarme a investigar el tema

-C-Claro

-Pero ¿Cuánto tiempo nos tomará eso? No tenemos mucho tiempo –dije

-Lo haré lo más pronto posible, tengo mi laboratorio en la Universidad, comenzaremos las investigaciones de inmediato

-Esta... bien 

Y de ese modo, el plan del viaje al templo se dejó de lado para enfocarnos en la investigación.