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Caminamos un momento por la aldea, pero al final nos desviamos del camino marcado para salir al bosque. Era un lugar oscuro, sí, pero la enorme luna que había esta noche ayudaba demasiado a alumbrar nuestro camino que, en compañía de él, no era nada tenebroso.

-Ahora que estamos los tres, veo cada vez más cerca el regreso de mi dimensión

-¿Te emociona? – lo miré un momento antes de seguir mirando por donde caminaba y evitar caerme

-No lo sé

-¿Por qué no lo sabes?

-Me emociona regresar a mi mundo – detuvo sus pasos haciéndome detener los míos y cuando levante la mirada del suelo, él estaba mirándome – no quiero que te vayas

Y en ese momento señores, en ese preciso momento mi boca se abrió un poco, las palabras yo tampoco quiero que te vayas estaban a punto de salir, pero, no, él tiene que regresar a su mundo, es inevitable, no hay nada que podamos hacer para quedarnos uno junto al otro... pero no tengo por qué ser mala persona ¿No?

Me quede en silencio un momento y creo que eso lo incomodo un poco porque dejo de mirarme y continúo caminando.

-Regresar a donde crecí sería maravilloso, pero en ese mundo ya no tengo nada, mis padres ya no están, los pocos amigos que tenía murieron

-¿Qué hay de la jefa Luna y de Arthur?

Caminé detrás de él.

-Son mi familia ahora, sí, pero ellos no podrán tomar el puesto de mi padre y de mi madre, además, el regresar, quiere decir que todos podremos crear una nueva vida, ellos lo harán, conseguirán familia...

-Tu siempre serás su familia, Jimin, te han cuidado todo este tiempo y lo seguirán haciendo

-Lo sé – sonrió un poco – es solo que... también quiero formar mi propia familia y sé que en ese universo no podre hacerlo

-Yo...

-¡Chicos!

Los dos miramos hacia atrás, hacia donde había provenido ese grito. Un Lucius un poco ebrio se tambaleaba un poco, con un jarro de barro en la mano y con una enorme sonrisa en el rostro.

-Tienen que venir – sus palabras chocaban un poco, no estaba demasiado ebrio, pero sí lo suficiente como para hablar diferente -tienen que volver, todos los están buscando ¿Por qué se fueron?

-Solo queríamos caminar un momento – dijo Jimin

-Vengan, esta cosa esta deliciosa – sacudió el jarro en su mano

-Seguro que sí – dije

Jimin se acercó a mi y me tendió la mano mientras me miraba con una sonrisa.

-Temo que, si no tomas mi mano, te perderás

-No tengo objeción ante eso

Terminé tomando su mano y los tres regresamos.

¿Qué pasará si me dejo llevar? ¿Si le confieso a Jimin mis verdaderos sentimientos y me dejo llevar todo el tiempo que me quede aquí?

Jimin

Lucius parecía estar demasiado relajado porque en cuanto regresamos a la aldea arrebato de mi mano a Ivy y la arrastro junto con los otros aldeanos para bailar al ritmo de la música y alrededor de la fogata. Era divertido ver a Lucius bailando, o intentando bailar cuando desde el principio fue una persona seria y concentrada en sus inventos.

-Jimin

Arthur se acercaba a mi por la espalda y hasta quedar a mi lado.

-¿Puedo hablar un momento contigo?

-Claro

Los dos nos alejamos un poco de todos, a donde la música no pudiera interferir con nuestra platica.

-¿Qué sucede?

-Ya lo sé

-¿Qué es lo que sabes? – pregunté

-Que estas enamorado de la chica Zitatu

Tragué un poco de saliva y no pude evitar desviar la mirada. Mi misión era clara, traer a un Zitatu y a un Tultro, por el bien de mi universo, de mi pueblo, de ellos y mío.

-No tiene nada de malo – miré a mis zapatos

-Claro que tiene algo de malo, sabes a lo que...

-Lo sé – lo miré – sé lo que vas a decirme, que en cuanto las dimensiones estén restauradas correctamente ella se irá de vuelta a casa y yo también... ya me resigné a eso

-Sé que puedes estar molesto conmigo ahora, pero, no quiero que sufras de nuevo, el amor es demasiado doloroso, igual que cuando perdiste a tus padres 

-Lo sé, pero no es sencillo ¿Sabes? No es sencillo simplemente decir que no y cumplirlo

-Pues intenta. Sé que esos 5 meses no fueron porque estabas buscando a la correcta ¿Estuviste siguiéndola a ella?

-...Sí

Suspiró un poco.

-Concéntrate, Jimin. Ella no es la correcta, ella es de otra dimensión y tú de otra

No dije nada, claro que lo sé, es lo único en lo que pienso cuando estoy con ella, en que nuestro tiempo es contado y que no hay un futuro juntos... pero saberlo no deja de ser doloroso.

Dejó su mano en mi cabeza en un amable gesto.

-Te vi llorar por tus padres, no quiero verte llorar por ella

-No pasará

-Eso espero –me dio una palmada y regresó con los demás

Regresé a mi asiento, cerca de la fogata donde todos estaban bailando y pasándosela bien.

Mirarla a ella divertirse de ese modo me hizo sonreír, pero dejé de hacerlo al recordar las palabras de Arthur.

No hay un futuro para nosotros... ¿O sí?

Por un momento se me pasó por la cabeza preguntarles a las brujas si existía algún modo de ir con ella, de estar con ella.

Y eso fue lo que hice, después de que todo mundo se fuera a dormir, después de que Arthur y yo cargamos a un ebrio Lucius que cantaba y decía cosas sin sentido a casa, lo dejamos en el suelo de la sala con unas mantas, nos despedimos de la jefa Luna y de Arthur, Ivy se dio un baño, se cambió de ropa y se fue a dormir, solo después de eso, yo salí de casa.

-Tengo una pregunta

Estaba por salir el sol, pero aun así estaba oscuro, hasta que ellas salieron del tronco y el agua tomó su clásico brillo suave.

-¿Cuál es tu pregunta? –escuche la voz chillona de una de ellas

-¿Cómo puedo vivir en la dimensión Zitatu por el resto de mi vida?

Hubo un silencio, pero yo esperé pacientemente.

Los hijos de la línea 26 (ParkJimin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora