𝟑.𝑻𝒓𝒐𝒖𝒃𝒍𝒆𝒔𝒐𝒎𝒆 𝒑𝒂𝒓𝒕𝒚.

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𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟑 ; 𝑭𝒊𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒑𝒓𝒐𝒃𝒍𝒆𝒎𝒂𝒕𝒊𝒄𝒂.

GOLD NUNCA LLEGÓ A PENSAR QUE IBA A VER UN CADÁVER A MENOS DE CUATRO METROS de distancia

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GOLD NUNCA LLEGÓ A PENSAR QUE IBA A VER UN CADÁVER A MENOS DE CUATRO METROS de distancia. Pero ahí estaba Scooter Grubbs, un hombre de unos cuarenta y pocos años, tumbado en una camilla, inerte y frío, con la piel descompuesta por haber pasado tanto tiempo bajo el agua. Ella no lo conocía, pero había hablado un par de veces con su esposa, Lana Crubbs, una mujer simpática y adorable que hacía unas galletas buenísimas. La misma que ahora lloraba desconsolada, acariciando el cabello del cuerpo entre sollozos.

Se le partió el corazón de solo verla.

—¿Quién es?—preguntó John B.

—Scooter Grubbs, le pilló la tormenta—dijo la chica junto a ellos—. Mirad la foto que le hice—sacó su teléfono—. Un cadáver, qué genial.

—¿De casualidad sabes que bote tenía?

—No sé cómo, ese cabron tenía un Grady–White. Todo el mundo lo está buscando.

—¿Podrías mostar respeto por alguien que acaba de fallecer?—le dijo, molesta. No solo había tomado esa foto sin permiso, también hablaba del tema con poco tacto, como si aquella mujer no estuviera llorando cerca de donde estaban sentados.

La rubia bajó la vista, arrepentida—. Lo siento, Goldy. Solo...

—Golden para tí—la corregió—. No me llames Goldy, eso es solo para mis amigos.

La chica no prentendía ser tan dura con ella, pero la escena le estaba afectando más de lo que alguna vez admitiría. Era un hombre inocente, casado y feliz. Pero había muerto, ¿Por qué el?, ¿Acaso se metió en un lío?, ¿Sería por eso que tenía la pistola en esa habitación de motel?

Con esa y mil preguntas se pasó el viaje hacia la château en completo silencio, escuchando los leves golpes de JJ contra su asiento al compás de la música que provenía de la radio. El intentaba llamar su atención, tocando su pelo, palmeando su rodilla o queriendo integrarla en la conversación que mantenía con John B sobre el arma y el dinero que se había quedado. Sin embargo ella lo ignoró durante todo el trayecto no queriendo saber nada de eso. No le gustaba que JJ hubiera guardado el arma, pero el era un alma libre e impulsiva.


—Estamos todos de acuerdo en que no hemos visto nada. ¿Verdad?—habló Pope, sentándose junto a Kiara en el sofá de la casa—. Amnesia total, ninguno sabe una mierda.

—Pope tiene razón por una vez—dijo JJ, señalandolo con su mechero—. ¿Ves? Hay veces que concuerdo contigo.

—No podemos quedarnos ese dinero—replicó Kiara sin poder creer como los chicos eran tan insensibles.

ACHILLES HEEL➵ Outer BanksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora