ACHILLES HEEL➵ Outer Banks

𝟏𝟒. 𝑩𝒂𝒅 𝒍𝒊𝒂𝒓.

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟒; 𝑴𝒂𝒍𝒂 𝒎𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓𝒐𝒔𝒂.

JJ NUNCA HUBIERA INAGINADO QUE TENDRÍA EL PRIVILEGIO DE BESAR A GOLDY. Era algo que por muy patético que sonara, solo había ocurrido en sus más preciados sueños y escenarios creados en su mente. Sin embargo, pasó. En la vida real. Ella misma le suplicó que lo hiciera, con una voz aguda y entrecortada que le provocó un escalofrío de pies a cabeza. La besó por tres magníficas veces en las que su cuerpo parecía que iba a explotar de la emoción. Pudo sentir el exquisito sabor de sus labios, cubiertos por ese cacao de cereza que siempre lo había vuelto loco.

Ese día nada fue capaz de borrar la sonrisa de su rostro. Ni siquiera la caída de John B, quién acabó con un brazo escayolado y una pequeña molestia en la espalda.

Estaba feliz.

Pero al día siguiente las cosas se fueron derrumbando poco a poco. La mañana comenzó con Goldy ignorando sus mensajes de buenos días, preguntando cómo se encontraba. Al principio no le prestó mucha atención, pensando que quizás aún estaba durmiendo, o que estaba ocupada con su familia. Sin embargo, vió como tiempo después Kiara hablaba con ella por mensajes.  Se sintió celoso, luego esos celos pasaron a convertirse en pura tristeza. Sentimiento que incrementó cuando Goldy no estuvo con ellos en la búsqueda en Tannyhill, donde no obtuvieron el oro, pero sí que encontraron ese misterioso pozo al que prometieron volver.

Sentía un vacío en el hueco de su estómago.

—Debemos hacer algo para solucionar esto—habló John B, sacando al chico de su ensoñación—. Si vamos a trabajar juntos desde ahora, no pueden seguir discutiendo de esa forma. El grupo necesita armonía.

Las dos chicas habían tenido una pequeña disputa minutos antes. Kiara no estaba dispuesta a aceptar a Sarah en el grupo, la acusaba de ser una víbora chupa sangre, mientras que la rubia afirmaba que la de rizos sólo sabía soltar mierda por la boca. Fue una situación fuerte, llena de insultos. Y sin la presencia de Goldy en la escena, el trío de adolescentes no supo como solucionar las cosas sin empeorar el odio en el ambiente.

—¿Qué sugieres que hagamos?—preguntó Pope, ansioso por resolver el problema.

—No lo sé, pero para montar un buen plan necesito a Gold. ¿Sabéis algo de ella?

—Lleva ignorando mis mensajes durante todo el día, así que no.

Automáticamente los dos chicos observaron al rubio, haciendo que este se encogiera de hombros restandole importancia al asunto.

—¿Gold ignorando tus mensajes?—dijo JB, con las cejas alzadas—. Eso es raro, ¿Hay alguna razón para que lo haga?

—Bueno, está así desde que nos...Desde que te caíste de ese muelle—corrigió con rapidez, rascando su nuca—. No sé, tío. Puede que esté enfadada contigo. Por eso no está aquí.