𝟕. 𝑱𝒐𝒉𝒏 𝑩 𝒂𝒏𝒅 𝑺𝒂𝒓𝒂𝒉.

3.5K 216 11
                                    

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟕;  𝑱𝒐𝒉𝒏 𝑩 𝒚 𝑺𝒂𝒓𝒂𝒉

—ES UNA FAMILIA DE RICOS, CONTROLAN CHARLESTON DESDE HACE SIGLOS—dijo Kiara, a cerca de los Limbrey

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—ES UNA FAMILIA DE RICOS, CONTROLAN CHARLESTON DESDE HACE SIGLOS—dijo Kiara, a cerca de los Limbrey. Goldy se estiró mientras bostezaba, escuchando con atención la historia a pesar de que se le cerraban los ojos de manera inconsciente.

No habían tenido una noche muy agradable. Trás el accidente de coche, ella misma tuvo que pagar la reparación de trescientos setenta doláres que pedía el único mecánico de pacotilla que encontraron a unos metros de distancia. Le pareció demasiado, pero tampoco es que supiera mucho de coches. Tuvieron que dormir en los asientos del mismo con la calefacción encendida debido al fresco nocturno y un par de mantas que había en el maletero. Goldy, entre la preocupación y el poco espacio que tenía, no pudo pegar ojo por más de dos horas.

—Comparado con estos, nuestros Kooks son Pogues—dijo JJ, recorriendo el lugar con ojos curiosos. Las casas eran muy lujosas—. ¿Estás seguro de que este es el sitio, Pope?

—Creo que sí. En la entrada pone King Street, 27. Justo como en la carta que me dieron.

—Pues al lío, entonces. ¿Quién quiere hacer los honores?—el rubio miró el llamador de la puerta con forma de león chapado en plata—. Vaya, se nota que tienen dinero.

Kiara dio un paso adelante para estampar el llamador contra la madera dos veces antes de que la puerta se abriese de par en par, asustando a los cuatro adolescentes. Divisaron a un hombre moreno y con barba, de unos treinta y pocos años que los observaba con una expresión seria.

—Tú debes de ser Pope—dijo, su voz rasposa. Goldy se percató de que la forma en que vestía no era cara, de hecho, parecía de lo más simple y usada. ¿Era el quién escribió la carta?—. La señora Limbrey lleva esperándote desde ayer.

Goldy alzó las cejas. C. Limbrey era una mujer, no un hombre.

—Lo siento, pero nuestro coche se estropeó y tuvimos que arreglarlo por el camino.

—Bueno, eso no me importa. Y a ella no le hizo ninguna gracia que no aparecieras. Tampoco creo que le guste que traigas compañía—dijo, cruzándose de brazos—. ¿Acaso en la carta no fue lo suficientemente específica?

—Ellos son mis amigos, señor. También me ayudaron a encontrar el Royal Merchant.

—Las instrucciones eran claras, pueden esperar fuera.

—No, ni de broma—dijo Goldy, frunciendo las cejas al hombre—. Mire, ni siquiera le conocemos. Tampoco a la señora Limbrey. Vamos a ir juntos le guste o no.

—Gold, está bien. No me importa ir solo, lo tengo todo controlado. ¿Vale?—apretó su hombro izquierdo con afecto—. Por favor, esperad aquí, no tardaré mucho.

—Lo haremos—afirmó Kiara. El moreno asintió, mirando a la chica por un par de largos segundos, como si estuviera memorizando su rostro por si algo malo ocurría.

ACHILLES HEEL➵ Outer BanksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora