𝟒. 𝑳𝒖𝒄𝒌𝒚 𝒄𝒐𝒎𝒑𝒂𝒔𝒔.

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𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟒 ; 𝑩𝒓𝒖𝒋𝒖𝒍𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒔𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆.

GOLD ESTUVO AUSENTE POR LO QUE QUEDABA DE DÍA, DECIDIENDO PASAR LA NOCHE EN SU CASA, algo inusual, pues cuando sus padres viajaban por negocios no abandonaba la château

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GOLD ESTUVO AUSENTE POR LO QUE QUEDABA DE DÍA, DECIDIENDO PASAR LA NOCHE EN SU CASA, algo inusual, pues cuando sus padres viajaban por negocios no abandonaba la château. A la mañana siguiente, ignoró los mensajes de los chicos por el grupo y el chat privado de JJ, quién le preguntaba por su estado y el porqué no había ido a dormir junto a el. Aunque después, al ver las miles de caritas tristes que le mandaba, se apiadó un poco del chico y le contestó un simple ; Estoy cansada. No quería alarmarlo o hacerle creer que sí se había enfadado por el tema del arma.

En realidad, la única razón por la que necesitaba pasar tiempo a solas era para intentar lidiar con las miles de emociones que su cuerpo estaba experimentado. El día de ayer fue una locura, ella no estaba acostumbrada a tanta acción y eso le ponía de los nervios. Peleas, disparos, una persona muerta y la policía involucrada en todo, la cual estuvo a punto de pillarlos con las manos en la masa. Se sentía descontrolada y a la misma vez frustada por no saber cómo manejarlo de la manera correcta.

Gritó con la cara pegada a su almohada, boca abajo en el colchón de su cuarto. Solo se había movido de ahí para hacerse un par de tostadas con zumo para desayunar, lo que acabó siendo un desperdicio de energía, pues la mitad de la comida seguía intacta en el plato. Un ruido la alarmó, y como una completa loca se puso de pie con un cojín en alto, apuntando hacia la ventana.

JJ entró al cuarto con naturalidad, sacudiendo su ropa para deshacerse del rastro de ramas. Ella suspiró con alivio, sentándose con las piernas cruzadas.

—¿Qué haces aquí?—le preguntó. El chico no perdió el tiempo en tirarse encima de ella con una enorme sonrisa.

—¡Gold, te has perdido una de las mejores aventuras de mi puta vida!, ¡Joder, todavía tengo el corazón acelerado!—exclamó, ella lo miraba con el ceño fruncido—. ¿Recuerdas que John B robó esos tanques de oxígeno de los Cameron?—Asintió con lentitud. Al chico le brillaban los ojos—. Bueno, pues esta mañana hemos ido a bucear para abrir la bodega de carga del barco. Encontramos una bolsa enorme y justo cuando nos íbamos a ir, ¡Unos putos tíos nos empezaron a disparar!

Ante eso, ella se acomodó sobre sus rodillas con la boca abierta de par en par—. ¿Qué dices?

—¡Te lo juro, tuvimos que avanzar agachados, John B conducía como un loco!—continuó—. Ellos estaban en plan, ¡Pum, pum, pum!—hizo una pistola con sus dedos—. Y luego Kiara se levantó de repente y les tiró una red de pesca. ¡Se quedaron atascados, Gold!—dijo, moviendola de un lado a otro por los hombros—. ¡Fue una pasada!

—¿Cómo puedes decir eso?, ¿Están todos bien?, ¿Tú lo estás?

—Sí, sí. Ningún daño, no te preocupes. Estoy hecho de hierro—besó sus bíceps, orgulloso—. Actuamos como unos profesionales.

ACHILLES HEEL➵ Outer BanksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora