ACHILLES HEEL➵ Outer Banks

𝟏𝟏. 𝑪𝒐𝒏𝒇𝒆𝒔𝒔𝒊𝒐𝒏𝒔.

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟏; 𝑪𝒐𝒏𝒇𝒆𝒔𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔.

DESPERTAR CON UN MENSAJE DE KIARA DICIENDO QUE JJ HABÍA SIDO ARRESTADO NO era una de las mejores formas de empezar con el día. Goldy se sintió aterrorizada, verdaderamente aterrorizada cuando aún con los ojos entrecerrados por el sueño, abrió el chat privado de su mejor amiga. Se levantó de la cama como un rayo, tomó una ducha de menos de tres minutos y cuando estuvo vestida, corrió lo mas rápido que pudo hacia la casa de Topper. Ella nunca se imaginó que alguna vez entraría allí, de hecho, cuando era amiga de Sarah Cameron había rechazado varias invitaciones de pasar una tarde de juegos junto a él y su pandilla. No le caía bien, tampoco es que fuese un secreto. Al principio simplemente ignoraba su presencia, pero cuando lo vió observar con superioridad a sus amigos pogues a la edad de trece años, su odio hacia el creció.

Su familia puso la denuncia. En el fondo no los culpaba por eso, los chicos habían hundido una lancha de miles de euros y cualquier persona corriente pondria una denuncia a la policía. El problema era que, al hacer eso, condenaban a alguien que no tenía el dinero suficiente para pagar su fianza, mientras que ellos sí que tenían esa cantidad de dinero, y más, para hacerse con un nuevo modelo de lancha mejor y más caro que el anterior. La madre de Topper no era comprensiva y desde luego no le importaba el bienestar de JJ, solo la reputación de su familia. Ella solo quería venganza.

Llamó al timbre un par de veces, asegurándose de ser lo suficiente ruidosa para despertar a toda la casa si era necesario. Unos minutos después, un Topper somnoliento, con el pelo hecho un desastre y el pijama aún puesto, le abrió la puerta.

—¿Gold, qué haces aquí?—dijo, entre un bostezo—. Es muy temprano.

—No me importa lo temprano que sea, Topper. Tenemos que hablar—se cruzó de brazos. El alzó las cejas con incertidumbre y con un gesto de manos le incitó a continuar—. ¿Cómo se te ocurre poner una denuncia, Top?, ¡Tu lancha cuesta miles de euros y sabes que ninguno de mis amigos tiene ese dinero!, ¿Estás loco o es que eres idi...?—sus palabras fueron silenciadas por la gran mano del chico, quién miraba alarmado hacia el interior de su casa. Ella, gruñó malhumorada por ese gesto y le mordió el dedo índice—. ¡Quita tus sucias manos de mi cara!

—Goldy, por favor. Deja de gritar, ¿Sí?—dijo el, apresurandose a cerrar la puerta con sigilo—. Cálmate, hablemos como personas civilizadas.

—¿Ahora quieres hablar como personas civilizadas cuando ayer estuviste moliendo a golpes a Pope?—cuestionó incrédula—. Eres un egoísta de mierda, Top. Tu familia es jodidamente rica. A tu padre le sale el dinero por todos los agujeros de su cuerpo, ¡Por dios, tienes tres Ferraris en tu garaje!—alzó los brazos. El rubio la silenció, esta vez sin tocarla, solo poniendo su dedo índice en sus labios. Un poco más tranquila le hizo caso, bajando el tono con el que hablaba—. Puedes comprarte otra lancha, lo único que tienes que hacer es ponerle ojitos a tu padre.