𝟏𝟖. 𝑨𝒔𝒔𝒂𝒔𝒔𝒊𝒏𝒂𝒕𝒊𝒐𝒏 𝒂𝒕𝒕𝒆𝒎𝒑𝒕.

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𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟖; 𝑰𝒏𝒕𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝒂𝒔𝒆𝒔𝒊𝒏𝒂𝒕𝒐.

LA CHICA SE DESPERTÓ SINTIENDO UNA SERIE DE CARICIAS EN SU CINTURA DESCUBIERTA

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LA CHICA SE DESPERTÓ SINTIENDO UNA SERIE DE CARICIAS EN SU CINTURA DESCUBIERTA. Alzó los brazos par estirar su cuerpo entumecido y abrió los ojos de a poco, acostumbrándose a la luz del cuarto. Con un bostezo pateó la mano que se había atrevido a levantar su camiseta para tocarla, recibiendo como respuesta un bufido indignado. Fue ahí cuando se fijó en donde se encontraba. Definitivamente no estaba en su cuarto, tampoco en su casa. Era el dormitorio de John B. Divisó al rubio a su izquierda, vistiendo solo la ropa interior. De forma inmediata sus mejillas se pusieron rojas y tosió, atragantandose con su propia saliva.

Ellos habían pasado la noche juntos.

—Buenos días—murmuró el con voz ronca, estirándose para darle un beso en la frente—. ¿Te encuentras bien?—palmeó su espalda.

—Oh, sí. No te preocupes, ha sido la sorpresa.

—¿Tan impresionante te parece mi cuerpo sin camiseta?—alardeó con una sonrisa.

—¿Cómo puedes ser tan egocéntrico a estas horas?—dijo, apartando su cara con un golpe suave mientras bostezaba de nuevo. El se negaba a separarse de ella, por lo que la cogió de la cintura consiguiendo que su espalda chocara contra el colchón. Se puso encima, acechando a la chica como si fuera una deliciosa presa—. ¿Q–qué haces, JJ?

Sonrió con picardía—. ¿Es que no piensas darme los buenos días como es debido?—dijo, acariciando su mejilla con una mano—. Ya sabes cómo funciona, quiero un beso.

—¿Un beso?

—Un beso de buenos días.

Con el corazón nervioso, se apoyó en sus codos para dejar un suave toque en su mejilla. El rubio frunció las cejas por el sitio que había escogido. El se refería a su boca.

—No quiero un beso en la mejilla, Goldy—dijo, suspiró cubriendo su cara, sin atreverse a mirarlo. Curioso, el apartó sus manos y analizó su rostro. Tenía los cachetes demasiado rojos. Sonrió encantado por esa reacción—. ¿Es que te da vergüenza?

—¿Qué? N–no, claro que no.

—Es un poco irónico. ¿No crees?—preguntó—. Hemos pasado la noche entera entre besos y ahora no te atreves a darme uno.

—¡JJ!—golpeó su pecho, con un puchero inconsciente.

Era cierto, le avergonzaba el tema. Trás aquella pelea subida de tono entre los dos y el beso por su parte, el rubio se mostró muy confundido. Aún recordaba los ojos rojos debido a las lagrimas mirándola con interrogación. Goldy no tuvo más remedio que confesar sus crecientes dudas sobre sus sentimientos hacia el. Como resultado obtuvo a un chico lloroso, con las manos temblando sin poder creer que la mujer de sus sueños estaba comenzando a quererlo de la misma manera que el hacía. Se puso muy feliz, tanto que olvidó por completo el dolor de sus heridas y de su corazón roto por el rechazo de su padre.

ACHILLES HEEL➵ Outer BanksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora