𝑨𝒄𝒉𝒊𝒍𝒍𝒆𝒔 𝒉𝒆𝒆𝒍-🌴🍍
‟Porque tu eres mi puto talón de Aquiles, Goldy. Eres mi única debilidad, la que me importa. Si salgo herido, si me roban, si me encierran en la cárcel, si me insultan o se ríen, no me importa. No me importa mientras t...
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OTRO DÍA, OTRA PESADILLA NUEVA. GOLDY DESPERTÓ SOBRESALTADA, SOLLOZANDO CON una fuerza que rasgó el fondo de su garganta. Se atragantó con las lágrimas, comenzando a toser sin poder parar. Sus manos apretaron la base de su cuello en un inútil intento por volver a la normalidad, sin embargo aquello no funcionaba. Al escuchar cómo se ahogaba, su amiga se despertó de golpe, asustada por el estado de la morena. Con una rapidez increíble saltó hacia el otro lado de la cama y cogió el vaso de agua que había, obligando a la chica a beber un poco del contenido mientras sujetaba de forma leve su cabeza hacia atrás. La chica bebió, notando como la sensación de picor y molestia se desvanecía conforme pasaba el tiempo.
Kiara suspiró aliviada, con los ojos llenos de lágrimas. Odiaba verla de esta forma. Ella también estaba sufriendo mucho por la pérdida de sus amigos, pero Goldy se lo había llevado a un terreno muy personal. Creía que era su culpa y a pesar de las miles de insistencias por su parte en las que afirmaba que ella no tenía nada que ver con que se hundiera el barco, la chica se negaba a creerla. No había forma de hacerla mejorar.
Kiara sabía que el rubio podía hacerle bien, que podía al menos sacarla de este cuarto oscuro y hacerla reír. Pero también se negaba a verlo, como si el simple hecho de tener su cuerpo cerca le recordara lo que ocurrió.
—Siento mucho que tengas que aguantarme en este estado—susurró con la voz ronca.
—¿Qué dices, Goldy? Somos amigas, para eso estamos. No me importa si tu estado es deplorable, si estás de mal humor o embarazada. Siempre voy a estar aquí.
—Bueno, espero no estar embarazada.
Las dos se sonrieron con ligereza, una más contenta que la otra. Cada vez que Goldy sonreía era como si la felicidad o el entusiasmo no llegara a sus ojos, como si estuviera apagada por dentro.
—¿Quieres hablar sobre tu sueño?
Ella negó—. Preferiría no hacerlo.
Con un suspiro, Kiara recargó su espalda en la cabecera de la cama, dejando las piernas abiertas para formar un hueco mediano.
—Entonces ven aquí—abrió los brazos. Goldy no pudo negarse a semejante cosa, pues estar abrazada a su amiga le hacía sentirse un poquito más tranquila. Puso la cabeza en su pecho, dejando que la de rizos rodeara su cintura y acariciara su melena—. Si no quieres hablar lo haré yo. Hoy he pintado un graffiti en la pared de los Cameron.
—¿Hablas en serio?
—Claro que sí, puse en rojo que eran unos asesinos—dijo, orgullosa—. Aunque a Pope no le hizo mucha gracia, es un cobarde.
